Elvira Roca, medalla de Andalucía: «Tenemos una estructura territorial cara, difícil de mantener y peligrosa»

Entrevista con la profesora, filóloga y recién distinguida como medalla de Andalucía

Imagen de la Elvira Roca MAYA BALANYA

STELLA BENOT

Acaba de ser nombrada Medalla de Andalucía, un título que reivindica el buen hacer de esta tierra.

Me parece muy bien esto de las medallas y lo que sirva para que se vean las cosas buenas que hacemos aquí. Ahora bien. Ya hemos insistido demasiado en la dispersión simbólica, en los hechos diferenciales y ahora mismo lo que toca es, precisamente, ir en el sentido contrario. Y ese sentido contrario es el reconocimiento de que Andalucía es una parte fundamental de esa ensaladilla de las Españas en las que todas sus partes son necesarias, cada una con sus peculiaridades pero eso no nos ha empobrecido jamás. España no es nunca el nombre de una cultura invasora, sino el nombre común que entre todos hemos construido y que esa cultura común nos ha enriquecido. Ya hemos fomentado bastante las diferencias y creo que ahora debemos, sin acabar con ellas, ir a un reconocimiento común. Y eso es un camino abonado para el nacionalismo y es perjudicial para todos. Esto es actuar en defensa propia. En la casa grande se está muchísimo mejor que en la dividida y troceada. Hemos estado dando gusto a unos pocos en perjuicio de la totalidad y esto se tiene que acabar.

Hemos generado una estructura territorial que está hecha sólo para darles acomodo a los nacionalistas, que es extremadamente cara y difícil de sostener. Y habría que preguntarse si sólo para unos cuantos, una parte en algunas regiones, se justifica que tengamos todos que pagar este sistema autonómico tan extraordinariamente caro y que se ha demostrado extraordinariamente peligroso.

Habla usted de la leyenda negra de España ¿Estos complejos los podemos extrapolar a Andalucía?

Cuando alguien justifica que unas zonas del país son más ricas que otras no dicen nunca que lo son porque han recibido muchos beneficios, les han dado créditos mucho más baratos y han recibido muchas inversiones, tienen la industria protegida… No. Tú eres más rico porque eres más estupendo, eres más guapo, tienes mejor genética y a partir de ahí comienza una versión de la leyenda negra que es este relato de los territorios tradicionalmente insolidarios en el conjunto del país que los españoles tienen la obligación de aguantar porque hemos sido una serie de lastre para ellos, que son magníficos. Sobre eso se puede añadir cualquier relato maligno porque hay disposición a creerlo. Las palabras de un libro de Jordi Pujol de los años setenta diciendo que los andaluces son unas criaturas desestructuradas y que sería el fin de Cataluña si, en algún momento, esa gente pudiera tener algún poder allí. Es puro nazismo. Ahora lo llamamos supremacismo para quitarle el nombre feo pero son nazis. Sin más. Y no quito ni una letra.

¿Somos culpables?

La culpa es nuestra. La culpa del que no se defiende es siempre la culpa principal. Como decía mi padre, la primera torta que te dan es del otro pero la segunda es tuya. Si te aguantas, si toleras, si consientes, si permites. La culpa es tuya. Fíjese la situación en la que está el país y aquí estamos todos dispuestos a aguantar, a ver cómo se resuelve esto bien. Sin pedir cuentas ni del pasado, ni del presente ni del futuro, ni de cuánto nos está costando esto. Y ellos tienen claro que van a caer en blando. Que no van a pagar las consecuencias. Nadie les va a hacer reproches, ni les va a suceder nada en el fondo, muy serio y por eso actúan así. Le apuesto a que Puigdemont se jubila con una pensión del Estado. Lo veremos y eso sí que es anómalo. Que no nos defendamos. Y que quede claro que jamás he confundido el nacionalismo catalán ni el secesionismo con los catalanes. Siempre he sabido distinguir los unos de los otros. Me parece perversa la utilización que hacen del nombre de esa tierra porque Cataluña no es suya. También es Josep Pla y Albert Boadella.

Una de sus teorías es que la leyenda negra de España la hemos fomentado los propios españoles. ¿Por qué? ¿Ha conseguido averiguarlo?

Estoy en ello. Mi idea es que la leyenda negra termina siendo absorbida en España por los españoles por un proceso de ósmosis hasta cierto punto. Comienza en el siglo XVIII. Con el cambio de dinastía, las élites españolas se afrancesan y eso lleva consigo la absorción de toda la hispanofobia que la ilustración francesa tenía porque era beneficiosa para su país. Lo que no tenía lógica es que las élites españolas que se afrancesaron tuvieran también ese punto de vista. Pero esto sucedió. A partir de ahí se crea una corriente que, favorecida en la corte, que obtiene la máxima visibilidad como se dice ahora, que no se ha interrumpido nunca.

¿No piensa que los jóvenes que salen fuera a estudiar, de Erasmus, de intercambio… y conocen otros países rompen esta idea y refuerzan lo positivo de España?

Absolutamente. Es más, he tenido conocimiento de un estudio que se ha hecho para explicar la reacción que ha habido desde octubre para acá con las banderas y de sacar valor de donde no había. Parece ser que un factor determinante, en contra de lo que yo pensaba, han sido esas generaciones de españoles más jóvenes, que han visto otros países y han comprendido que su país ni es peor, ni está atrasado; es la generación que ha reaccionado y ha provocado ese cambio de trayectoria y capacidad de reacción. Esa generación que ha salido fuera la que ha perdido el pudor y el complejo y me parece espléndido. Porque la hondura del problema de la hispanofobia sólo la sabían comprender bien aquellos que tenían una experiencia en el extranjero lo suficientemente larga.

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