Alfonso X, el desahuciado

Cuando Alfonso X El Sabio mandó construir la primigenia ermita dedicada a la Virgen del Rocío allá por 1270, no sospechaba que siete siglos después su figura sería objeto de polémica. En 2014, el Ayuntamiento de Almonte aprobaba un proyecto de embellecimiento y mejora de la circulación que contemplaba en su primera fase la construcción de una rotonda en la antigua travesía hacia la aldea de El Rocío, en el punto conocido como Cruce de Cuatro Caminos. El lugar presentaba graves problemas de circulación al estar regulado por semáforos y constituir uno de los lugares del casco urbano almonteño con mayor concentración de tráfico.

La solución: construir una glorieta que canalizase el tráfico y que permitiese saldar la deuda que el pueblo de Almonte contrajo con el Rey Sabio desde que éste no sólo construyera la ermita, sino que además depositara en su interior la imagen que concita la mayor devoción mariana del mundo.

Para ello, el Gobierno del Partido Popular encargó una escultura de bronce de más de dos metros y medio de altura que representase el origen de la devoción rociera a través de la figura de Alfonso X El Sabio. La obra se realizó en virtud de un convenio entre el Ayuntamiento de Almonte y la empresa pública Tragsa.

Los socialistas en el poder

Sin embargo, antes de que la escultura pudiera ser instalada en su emplazamiento original, el cambio de Gobierno propiciado por las pasadas elecciones municipales que auparon a los socialistas a la alcaldía almonteña, impidió que los populares viesen culminado el proyecto. Desde entonces ha transcurrido casi un año en el que la escultura ha dormido el sueño de los justos en el almacén del taller en el que fue fundida. En el Pleno Ordinario celebrado el pasado viernes, el Partido Popular presentaba una moción por la que se instaba al Gobierno de la localidad a culminar las obras de la citada glorieta. En el transcurso del debate los populares achacaron la no colocación de la escultura a un afán de los socialistas por borrar todo lo ejecutado por el anterior equipo de Gobierno, mientras que el actual Ejecutivo argumentaba que el retraso venía motivado por dos factores: que la construcción de la glorieta no se ajustaba a la normativa vigente, incumpliendo las normas de seguridad; y por otro lado, que el Ayuntamiento había buscado «un nuevo emplazamiento más noble» para la estatua del monarca.

Los socialistas no aclararon ni la fecha ni el lugar concreto en el que se instalaría el monumento, votando en contra de la propuesta pese a los requerimientos de su socio de gobierno, Mesa de Convergencia –marca blanca de Podemos en Almonte–, que instó enérgicamente a los socialistas a respetar el criterio de quienes habían concebido el proyecto y el trabajo del autor de una escultura que ha sido diseñada expresamente para presidir la glorieta de Cuatro Caminos, que presenta incluso la peana vacía proyectada para soportar la figura de bronce.

El encendido debate, que se ha trasladado del salón de plenos a las redes sociales, concita la indignación de los ciudadanos que no entienden en su mayoría cómo una cuestión relativa a la tradición y a las costumbres de Almonte puede ser objeto de venganza política.