Uno de los lujosos yates que atracan en Puerto Banús
Uno de los lujosos yates que atracan en Puerto Banús - J.J.M.
SOCIEDAD

Los Vidiella, jefes de Puerto Banús

Las ofertas para hacerse con la concesión del enclave están sobre la mesa, pero no hay nada decidido

MARBELLA Actualizado: Guardar
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Es una de las grandes familias ejecutivas de Marbella. Los Vidiella llegaron a la ciudad en el 1984 para hacerse cargo de Puerto Banús. Tras la muerte del fundador, José Banús, Alberto Vidiella se hizo con la presidencia de la compañía encargada de la gestión del enclave. «Es una concesión para 99 años. Acaba en 2068. Ellos son los propietarios de esa concesión», asegura Javier Porcuna, portavoz del gobierno municipal de Marbella. Según el Ayuntamiento, dicha concesión del puerto la otorgó el gobierno central a José Banús en 1969, pero con el trasvase de competencias a las autonomías pasó a manos de la Agencia Pública de Puertos de Andalucía, dependiente de la Consejería de Fomento de la Junta de Andalucía.

Es la administración autonómica la encargada de velar por el puerto y de aprobar, por ejemplo, los proyectos de ampliación.

Fue por medio de la compañía Nuevo Puerto Banús como los Vidiella se hicieron con la gestión del enclave y con el grupo Puerto José Banús S.A. Según el registro mercantil, la sociedad tiene como actividad el desarrollo de «actividades anexas al transporte marítimo y por vías navegables interiores». La entidad es una parte del jugoso tejido empresarial de carácter familiar que se montó en torno a la figura del «patriarca».

Alberto Vidiella Tudores falleció el pasado febrero a los 82 años y sus restos descansan en Madrid, de donde es procedente la familia y donde reside parte de ella, aunque la relación con Marbella es estrecha. Mantienen casa en ambos ciudades y pasan largas temporadas en el sur atendiendo a sus negocios. Pero es en el registro mercantil de la capital de España donde constan gran parte de las empresas familiares, ahora controladas por los herederos. Alberto Vidiella se casó dos veces y tuvo seis hijos, cuyos nombres rezan en los puestos de responsabilidad de las diferentes compañías.

José y Rubén Vidiella Salgado, los más veteranos, son los que controlan buena parte del legado empresarial del patriarca, pero el apellido se extiende por los diferentes accionariados hasta dar entrada a una tercera generación Vidiella. Estos dos hijos son los vicepresidentes de la sociedad de Puerto Banús y los que han ocupado el espacio dejado por su padre. Aunque la explotación del puerto no es el único negocio de este clan empresarial. El apellido es el de unos magnates del sector inmobiliario. Según los datos del registro mercantil, donde consta la firma a través de la cual se gestiona el lujoso enclave de Marbella, los Vidiella aterrizaron, como otros muchos empresarios, en busca de la tierra de las oportunidades inmobiliarias.

Alberto Vidiella fue uno de los grandes empresarios de Marbella. A parte de ser presidente de Puerto Banús, se dedicó a todos los escalafones del sector inmobiliario fundando y dirigiendo empresas que se destinaron a la promoción, construcción, compra y venta, alquiler o gestión de propiedades inmobiliarias. Una vida laboral, que no sólo le sonrió con una buena fortuna que gestionan sus herederos, sino que le valió también algunas distinciones como la Medalla de la Cámara de Comercio e Industria de Madrid o el reconocimiento como Empresario del Año en 1986 y la Cruz de la Orden del Mérito Naval.

El emporio se extiende por toda la Costa del Sol y por el Campo de Gibraltar principalmente, pero su logro de mayor renombre fue hacerse con Puerto Banús y llenar sus calles con las grandes marcas de lujo del momento. Bajo el mando de los Vidiella el enclave se ha convertido en el lugar con más firmas de lujo por metro cuadrado del mundo, según los datos oficiales. Su gestión al frente del puerto le ha valido un paseo con su nombre en la zona portuaria, pero también le granjeó en los primeros compases enfrentamientos con Jesús Gil por el control de la concesión.

En 1991 el patriarca de los Vidiella se tuvo que enfrentar a un Jesús Gil con la pretensión de quedarse con el puerto, aprovechando una deuda de una de las empresas del grupo –Puerto José Banús Andalucía la Nueva S.A.– con el Consistorio. Para hacerse con el control, Gil y Gil contó hasta con la complicidad del juzgado, que incluso llegó a decretar la administración concursal amparándose en una legislación franquista. Pero los informes del Servicio de Estupefacientes y las escuchas de la Policía Antimafia italiana desvelaron que Jesús Gil planeaba hacer figurar al Ayuntamiento de Marbella como comprador de la sociedad de Puerto Banús, cuando en realidad estaban unos empresarios italianos de dudosa reputación detrás de todo y operando en la compra.

Alberto Vidiella ganó aquella batalla en los tribunales, pero los fantasmas volvieron años más tarde. La sociedad presidida por los Vidiella se querelló en un contencioso contra la Consejería de Obras Públicas de la Junta. La administración autonómica pretendía subir la tasa que la empresa pagaba por la gestión de Puerto Banús hasta 2006 de 120.000 a 1.100.000 euros anuales. La compañía, cuyos alquileres de locales en la primera línea del puerto rondan ahora los 20.000 euros mensuales, ganó el pulso y el canon quedó inamovible hasta 2012.

En los últimos tiempos se han escuchado rumores de ofertas para la compra de los derechos de explotación de Puerto Banús. Fuentes municipales confirman las ofertas y dicen estar al tanto del interés, pese a no tener nada que ver. Según ha trascendido, existe una oferta por la empresa para la compra por parte de un consorcio chino-suizo, liderado por Credit Suisse, desde hace un año. Los últimos rumores sobre la sociedad hablan de un posible interés del Grupo Wanda. «Wanda no se ha puesto en contacto con nosotros. Es la primera información que tenemos», aseguran desde la propiedad.

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