TRADICIÓN

Los 'Rondeles' vuelven a iluminar Casarabonela como preludio de la Navidad

La procesión de la Divina Pastora de madrugada en este pueblo de Málaga está acompañada de antorchas con capachos de esparto y villancicos desde el siglo XVIII

La Virgen iluminada por los 'Rondeles' Francis Silva

J.J. Madueño

Sólo el fuego iluminó la fría noche del domingo al lunes en Casarabonela, un pequeño pueblo de Málaga de unos 500 habitantes que alberga cada 12 de diciembre en sus calles una tradición con más de tres siglos de historia en honor a su Patrona. Son los 'Rondeles', unas curiosas antorchas hechas con capachos de esparto . Esas piezas usadas en los antiguos molinos de aceite para la moltura de la aceituna, que ahora son símbolo de devoción mariana.

Desde hace más de tres siglos son izados y prendidos para acompañar a la Divina Pastora como única iluminación para el paso de la Virgen en su avance hasta la iglesia, mientras cae la fría madrugada sobre los devotos entra las sombras anaranjadas.

Esta tradición comenzó como un agradecimiento al cielo por cuidar el sustentos de las familias del pueblo. Una vez concluida la recogida de la cosecha de aceitunas, los molineros sacaban en procesión a la Virgen de los Rondeles con esta forma peculiar de acompañar a la imagen. Terminada la recogida, quemaban los 'rondeles' para alumbrar a la Virgen en su procesión .

Una de las calles iluminada por el fuego F. Silva

Así, en el siglo XVIII, varios molineros del pueblo decidieron agradecer a la Divina Pastora la buena cosecha de aceitunas. Lo hicieron llevando sus capachos de aceite prendidos. Esas llamas iluminaron a la Divina Pastora desde la salida de su ermita hasta la plaza de la Iglesia.

Fue la única luz del pueblo aquella noche, como lo es ahora cada 12 de diciembre, cuando la procesión discurre por algunas de las calles más angostas y empinadas de este municipio , que recuerdan el pasado andalusí de esta villa de la Sierra de las Nieves.

Además, es un preludio navideño, el recorrido viene acompañado por los villancicos que tocan los miembros de una de las pastorales del pueblo. La procesión empieza con la bendición del fuego que acompañará a la Virgen en su recorrido. Termina ya de madrugada en la principal plaza del pueblo, donde se ofrece a los asistentes tostones con aceite, buñuelos y chocolate caliente .

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