Obituario

Muere Rosa, la «hermana coraje» que trató hasta el fin de aclarar el crimen de Lucía Garrido

El juicio por el asesinato en la finca de Alhaurín de la Torre se tiene que repetir por «absoluciones indebidas»

Rosa Garrido en la rueda de prensa en la que se anunció el recurso contra las absoluciones por la muerte de Lucía Garrido Francis Silva

J.J. Madueño

Rosa Garrido era una mujer fuerte, luchadora y valiente. Murió a los 58 años a consecuencia de un cáncer el pasado 18 de septiembre en el hospital Regional de Málaga, pero su cruzada por hacer justicia en el asesinato de su hermana sigue en pie gracias a su tozudez para aclarar aquel oscuro crimen. Con su pañuelo anudado a la cabeza asistió al juicio donde los presuntos asesinos de Lucía Garrido salieron libres sin cargos. Ese mismo proceso que el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía dijo que había que repetir por «absoluciones indebidas» . Mandó volver a sentar en el banquillo al exmarido de Lucía, Manuel Alonso, y a otro hombre, que sería el autor material del asesinato. «Es el último tren», dijo Rosa ante la noticia.

Oportunidad que sus colaboradores tomarán en su memoria para esclarecer qué ocurrió aquel 30 de abril de 2008. Es el día en el que Lucía Garrido apareció muerta . Fue golpeada con un ladrillo en la cabeza, luego apuñalada, ahogada y le arrancaron los pendientes. El cadáver estaba flotando en la piscina de la finca Los Naranjos de Alhaurín de la Torre. Se le trató de dar carpetazo como un suicidio, pero el forense cambió la versión de la Guardia Civil y dijo que había sido un brutal asesinato.

Ahí arrancó una cruzada por parte de Rosa y la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC), como a cusación particular para demostrar que el exmarido de Lucía indujo la muerte de su exmujer. Según su teoría, lo hizo para quedarse con el domicilio, que tenía que abandonar después de la separación. Denunciaron que mandó matarla porque Alonso usaba la casa como una guardería de droga y de animales para el tráfico de especies exóticas.

Allí, un año después de la muerte de Lucía, su expareja mató a dos colombianos . La causa fue archivada. Se consideró que el morador actuó en defensa propia. Sin embargo, el caso ha sido reabierto por la Sala Novena de la Audiencia Provincial de Málaga al considerar que existen dudas sobre si sabía que se iba a producir un asalto y se preparó con armas en Los Naranjos para repelerlos el 25 de abril de 2009. No está acreditado que aquellas dos muertes fueran en defensa propia .

A esta causa se une el ingreso en prisión que tiene pendiente la expareja de Lucía Garrido desde finales del 2019 . Es por una condena a tres años por tráfico de drogas. Fue uno de encausados cuando cayó la cúpula del Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) de la Guardia Civil de Málaga por narcotráfico. Además, la misma Sala Novena Audiencia Provincial de Málaga confirmó este 30 de septiembre otra condena a un año y seis meses de prisión para Manuel Alonso por alzamiento de bienes para evitar el pago de una pensión alimenticia a la hija que tiene con Lucía Garrido.

Mujer ejemplar

Manutención a una menor que Rosa Garrido acogió como a su hija después del asesinato de su hermana. Ganó la custodia de su «tercera hija» por orden del Juzgado de Primera Instancia 5 de Málaga. «Fue una madre y una mujer ejemplar. Un modelo a seguir en la lucha contra la violencia de género , a la que las asociaciones feministas dieron de lado y no ayudaron con el caso de su hermana», añade Ignacio Carrasco, secretario general de AUGC en Málaga, que ha sido su estrecho colaborador durante 12 años buscando hacer justicia para Lucía.

Rosa nació el 12 de abril de 1962 en Málaga, donde trabajó en El Corte Inglés hasta que su enfermedad se lo permitió. Siempre se le recuerda luchando por aquello en lo que creyó. Buscando justicia en un caso que parece sacado de una novela negra, donde en más de una década de instrucción se han asesinado a testigos protegidos, han desaparecido pruebas y se ha torpedeado la investigación de Asuntos Internos de la Guardia Civil. «Fue valiente, honrada y leal. No he conocido una persona más leal en mi vida» , asegura Ignacio Carrasco, que antes de ser representante «sindical» fue agente de la lucha antiterrorista y prestó servicio en el Seprona.

Sobre Rosa se recuerdan sus testificales impolutas, su relato coherente de los hechos y su apego a la verdad. «Fue capaz de enfrentarse a una mafia policial» , destaca Carrasco, que ella sabía a lo que se estaba enfrentando, pero estaba convencida de que acabaría venciendo. «No nos han ganado. No nos rendimos», dijo Rosa Garrido antes de presentar el recurso contra las absoluciones en el caso de Lucía, que le va a dar un último intento para hacer justicia después de morir .

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