Francisco de la Torre, junto al delegado de la Junta en Málaga, presenta el proyecto de la Alameda
Francisco de la Torre, junto al delegado de la Junta en Málaga, presenta el proyecto de la Alameda - FRANCIS SILVA
URBANISMO

Málaga se atreve al fin a (casi) peatonalizar su gran avenida

La remodelación de la Alameda, la ¿última? gran obra del alcalde Francisco de la Torre, estará lista a finales de 2018

MÁLAGA Actualizado: Guardar
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Volverá a ser el «gran salón» de Málaga, como inicialmente fue concebida por las industriosas y adineradas familias que durante el siglo XIX convirtieron la Alameda en una zona noble y un paseo de convivencia. El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, ha presentado este viernes el proyecto de remodelación de esta céntrica avenida, que recuperará para el peatón más del 70 por ciento de su superficie. Paseos, zonas verdes y equipamientos de ocio ganarán espacio a los vehículos privados que han marcado su devenir en las últimas décadas.

Pese a su privilegiada situación, entre el Puerto y el casco histórico, la Alameda se había convertido casi únicamente en una arteria de conexión entre el Este y el Oeste de la ciudad, además del aparcadero de los autobuses urbanos.

Un estudio realizado por el Consistorio basado en la actividad de las redes sociales de la capital dejó bien clara una conclusión: «La Alameda es casi invisible, un sitio de paso y si es posible de paso rápido», ha afirmado el jefe de Arquitectura de la Gerencia de Urbanismo, Javier Pérez de la Fuente.

Pero el corte de su lateral norte y la reordenación de tráfico que fue necesaria cuando comenzaron las obras del metro en ella (la Alameda es la estación término de las dos líneas que ahora confluyen en la terminal María Zambrano del AVE), ha permitido demostrar que la ciudad podía sobrevivir con menor densidad de tráfico en este trascendental punto.

Por ello, el Ayuntamiento se puso manos a la obra con el objeto de transformar radicalmente este entorno. Lo ha hecho además de la mano de la Junta de Andalucía, que cofinancia el proyecto (se estima un coste global de 11 millones de euros) y se encargará directamente de peatonalizar el lateral norte cuando tape las zanjas del suburbano.

En la presentación del proyecto ha participado también el delegado del Gobierno de la Junta, José Luis Ruiz Espejo. Una imagen de consenso y diálogo muy diferente a la confrontación que esta misma se mana se ha dado por culpa del tranvía que la administración autonómica quiere imponer al Consistorio.

Cuando termine la remodelación, de los once carriles dedicados al tráfico que atravesaban la Alameda quedarán sólo cinco. Tres de ellos para transporte público y dos para privado en sentido Oeste. Para los recorridos inversos se mantendrá la actual reordenación que funciona desde que los tajos del metro llegaron aquí.

El resto del espacio se dedicará al disfrute del peatón con amplias aceras, zonas verdes, equipamientos y carril bici. Los responsables municipales han sido tajantes también al afirmar que se establecerá un rígido marco que impida que el ancho acerado sea tomado totalmente por las terrazas de los establecimientos hosteleros.

Esta intervención urbana, que vendrá a rubricar la gran transformación urbana que ha sufrido Málaga en la última década, es el último gran proyecto del actual regidor. Si será él quien pueda inaugurarla o no está por ver: los plazos de ejecución que se han ofrecido hablan de poder tenerla terminada a finales de 2018. Si se cumplen, así sería, pues De la Torre ya ha dejado claro que acabará el mandato. Si hay retrasos, sólo podría cortar la cinta si el periodo de reflexión que mantiene en torno a si repetir como candidato del PP termina animándole a continuar.

De la Torre, en cualquier caso, pasará a la historia de Málaga como el regidor que ha propiciado su gran cambio. Bajo su mandato se peatonalizó la otra gran calle de Málaga, Larios, además de haber sido el artífice de un gran embellecimiento del centro con el colofón de su apuesta por los museos.

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