HISTORIA

Félix Sáenz, el creador del primer «Corte Inglés» de Málaga

Durante más de un siglo estos almacenes vendieron ropa y complementos, ahora su primera sede podría volver a cambiar de manos

Edificio donde se instaló el primer centro comercial de Félix Sáenz SUR

J.J. Madueño

Félix Sáenz fue un riojano que pasó a la historia empresarial de Málaga por ser pionero en la instalación de unos grandes almacenes en la ciudad. Ahora que el casco urbano tiene los Vialia, Eroski, Carrefour, El Corte Inglés o Plaza Mayor, ya no hay cabida para un negocio que comenzó con la llegada del siglo XX y que cerró, tras un siglo de actividad, desplazado de su ubicación natural para convertir el edifico original en un rosario de propuestas inmobiliarias y empresariales, en la plaza que lleva el nombre del fundador de aquel primer «Corte Inglés» de Málaga.

Empresario y político, que llegó a diputado y senador por la provincia de Málaga (1916-1920), falleció en la capital de la Costa del Sol en 1926, antes de que su sueño se derrumbara. Había llegado a la ciudad en 1877 para ser dependiente en un negocio familiar en la céntrica calle Nueva. Allí descubrió los secretos del comercio textil . En 1883 arrancó su primera aventura en los negocios con José Jiménez. Crearon «Jiménez y Sáenz Calvo» en la misma calle Nueva.

Duró tres años, el tiempo que Félix Sáenz se marchó a calle Sagasta asociado con su tío José Sáenz. Fundaron «Félix Sáenz Calvo S.C.», que existiría hasta 1902, cuando descubrió el margen de beneficios que daba comprar al por mayor a los proveedores mayoristas para luego vender como minorista en sus propias tiendas.

Hacía grandes pedidos textiles en Barcelona y los distribuía a toda la provincia de Málaga y a otros lugares de Andalucía. La importancia de sus compras llegó a influir en las cotizaciones de la bolsa de Barcelona . Se estaba gestando un imperio bajo el lema «Vender más barato y vender más».

Primer centro comercial

Así en 1914 nacieron los primeros grandes almacenes de Málaga. Lo hicieron en un edificio modernista de la plaza Alhóndiga –ahora Félix Sáenz desde 1922–. Lo diseñó Manuel Rivera Vera. Aquel fue el primer establecimiento con escalera mecánica o pionero en aceptar tarjetas de crédito. Era una revolución que daba amplios beneficios , lo que atrajo rápidamente a la competencia. Llegaron Álvarez Fonseca y Gómez Raggio, a los que en los 70 se sumaron Woolworth, Almacenes Mérida o El Corte Inglés en mayo de 1979.

Entre todos lucharon, con la aparición de más centros comerciales y grandes superficies, hasta que el mercado acabó con aquel sueño de 1886. Los almacenes Félix Sáenz se marcharon a calle San Juan en 2005. A escasos 20 metros del lugar original en aquel antiguo mercado de abastos , que fue vendido por 15 millones de euros al poco tiempo para comenzar una nueva vida especulación y proyectos estancados.

A los dos años de aquel cambio de domicilio la cadena anunció el cierre definitivo. La veintena de trabajadores que quedaban en la plantilla en las varias tiendas de la provincia quedaron en paro. Habían sido más de 300 empleados en un imperio que acababa, después de ser un próspero negocio durante décadas.

Edificio vendido

Es cuando el antiguo mercado de abastos convertido en gran superficie pasó de mano en mano. Ocupa una privilegiada manzana del centro de la capital , por lo que se enajenó para su recuperación para uso residencial. Somersen se hizo con la propiedad y la vendió al grupo Tres Aceras por 21 millones.

Se iba desarrollar un proyecto de 50 viviendas de lujo en sus niveles superiores . Las dos plantas inferiores serían locales comerciales. En los primeros meses de 2006, Restaura lo compró por unos 30 millones de euros, pero la crisis hizo que lo revendiera al Banco Popular por unos 33,5 millones.

En sus dos plantas inferiores, la cadena de ropa sueca en los últimos años. Abrió en 2011, pero suena la retirada. Las últimas informaciones señalan que en el mes de junio podría abandonar esta ubicación, para buscar otro punto en la capital desde el que vender sus productos textiles.

Lo último trascendido es que las dos plantas comerciales podrían convertirse entonces en varios establecimientos de restauración . Una nueva vida para los que fueran los primeros grandes almacenes de Málaga, otro cambio más para uno de los edificios históricos de la ciudad.

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