Desescalada en Málaga

Alerta ante la «toma» de las playas en la desescalada: piel confinada puede ser piel achicharrada

Los dermatólogos piden que la exposición solar sea progresiva para evitar daños en una piel que no está acostumbrada a los índices de radiación ultravioleta del verano

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Bañistas en la playa de la Malagueta en el primer día de la fase 2 en la capital Francis Silva

Pablo Marinetto

Durante los dos meses que ha durado el confinamiento sólo unos pocos afortunados habrán podido disfrutar de su propio jardín o terraza, pero para la mayoría, la exposición solar habrá sido mínima en las semanas críticas de la pandemia, limitándose a las salidas para hacer la compra y el resto de actividades esenciales.

Con la llegada de la desescalada, las playas andaluzas reciben a los primeros bañistas dispuestos a disfrutar de las bondades del Mediterráneo, pero los médicos advierten: lanzarse a la playa con una piel acostumbrada al invierno puede ser peligroso.

El director de Unidad de Dermatología del Hospital Regional de Málaga, Leandro Martínez , recuerda que el confinamiento empezó a mediados de marzo, cuando ni siquiera era primavera, y hemos vuelto a salir a la calle prácticamente en verano. «Nuestra piel no ha pasado por la exposición progresiva a los cambios en la radicación ultravioleta que brindan las estaciones», explica a ABC.

La falta de vitamina D fue una de las consecuencias de estar encerrados entre cuatro paredes durante semanas, pero ahora la desescalada ha cambiado las tornas. Aunque la forma de sobrellevar el confinamiento habrá sido variopinta, la piel de muchos españoles y andaluces va a recibir la temporada estival «totalmente virgen» a la exposición ultravioleta.

Según Martínez, la dermis no se ha adaptado al sol propio del verano y por lo tanto se deben extremar las precauciones para protegerla y evitar quemaduras que puedan derivar en cánceres de piel como melanomas o carcinomas. «Los dermatólogos siempre intentamos dejarlo claro: no existe el bronceado saludable» , señala el doctor, que explica que este canon de belleza occidental, y sobre todo latino, no es más que un mecanismo de defensa de la piel. Por lo tanto, «sólo puede traducirse en que nos hemos expuesto al sol más de lo que deberíamos».

El eritema solar, ese pequeño cambio a tonos rojizos de la coloración de la piel, es el primer síntoma de que no lo estamos haciendo bien. La dermis ha estado expuesta más tiempo del que tolera y no se han utilizado las medidas adecuadas. «Hay veces que los pacientes aseguran que han utilizado crema protectora, pero si se han quemado es porque ni se han puesto la suficiente, ni han repetido las aplicaciones» , apunta Leandro Martínez.

La efectividad de la protección solar dura en torno a dos horas, menos si uno suda o se baña, por eso hay que ser generoso y constante , y tener siempre como referencia evitar la quemadura. En cualquier caso, el bronceado no exime de sufrir daños en la piel. «Es cierto que la piel toma un mayor grosor conforme aumenta el moreno y eso la prepara para estar más expuesta, pero la protección es muy baja», aclara.

Cáncer de piel

Sólo en el Hospital Regional de Málaga superan los 100 casos anuales de melanomas , 300 en el caso de la provincia, según las estimaciones. Son cifras considerables que pueden tener que ver con las grandes zonas de costa, donde también hay asentada población del norte de Europa , con fototipos más sensibles.

El melanoma no es el cáncer más frecuente de piel, y según el jefe de la unidad, la incidencia del carcinoma basocelular es 15 veces superior . Por suerte, este último es menos agresivo. En el caso del melanoma si el diagnóstico es precoz, el pronóstico es muy bueno, pero si se detecta tarde actúa con gran agresividad.

Precisamente antes y después del verano es cuando reciben más visitas a las consultas, porque con la llegada de la primavera observamos mejor el cuerpo al llevar ropa que cubre menos. Los médicos confían en que los meses de confinamiento y el afán por recuperar la vida normal y acudir a las playas no se traduzca en un repunte de los casos de cáncer de piel .

Por eso ruegan limitar la exposición a periodos cortos, evitando la franja de mayor radiación -entre las 12 y las 16 horas- y buscar siempre la sombra, ya sea bajo la propia sombrilla o en el chiringuito. Además, recuerdan que la crema no es el único modo de protegerse , sino que también es recomendable utilizar gorras, sombreros o ropa técnica, especialmente recomendable para los niños.

«Afortunadamente la gente conoce las formas de protegerse. Tiene cada vez más conciencia y para nosotros es un éxito , porque llevamos años insistiendo en ello», subraya Martínez.

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