La banda sonora de la Semana Santa de Málaga

Los malagueños las tararean y cantan durante el paso de los Sagrados Titulares. La Semana Santa de Málaga tiene una serie de cantos, que conforman una banda sonora que sale de las voces de los participantes en las diferentes salidas procesionales. «Recuerdo cuando en Málaga sólo cantaba Estudiantes», señalaba en una entrevista Antonio Guadamuro, pregonero de la Semana Santa de 2016 y decano de la información cofrade de Málaga. El «Gaudeamus Igitur», durante el Lunes Santo, era en otra época el único canto que acompañaba al balanceo de los tronos. Pero desde hace unos años los cánticos se han multiplicado. La presencia de las Fuerzas Armadas ayuda a crear una «playlist» de himnos y salves de la Semana Mayor Malagueña.

El más conocido y coreado es «El novio de la Muerte». Cada Jueves Santo la Legión llega a Málaga para rendir honores y sacar al Cristo de la Buena Muerte. Durante toda la procesión, el destacamento de legionarios va cantando el himno del Tercio, que ya entonan en la entronización del Sagrado Protector del cuerpo por la mañana y que corea toda la ciudad. En la misma Cofradía de Mena, la Armada de la Marina, que goza del patronazgo de la Soledad desde la batalla de Lepanto, canta la «Salve Marinera» en honor a la Señora de Mena.

La Guardia Civil, que procesiona con Expiración el Miércoles Santo, ofrece el Himno de la Benemérita. A las puertas de la casa hermandad, mientras espera a la salida de los Titulares, el destacamento de la Guardia Civil, vestido de gala, entona el «viva España, viva el Rey, viva el orden y la Ley, viva honrada la Guardia Civil». En esa mismo Santa fecha, la brigada de paracaidistas llena las calles cantando «La muerte no es final» en honor a su Protector, el Cristo de Ánimas de Ciegos de las Reales Cofradías Fusionadas.

Precisamente las Reales Cofradías Fusionadas, dejan un canto para el recuerdo cada Domingo de Ramos. Antes de la salida de la Virgen de Lágrimas y Favores los hombres de trono se abrazan ante los varales para cantar el Himno de Lágrimas y Favores, que llena la iglesia de San Juan de hermandad. No es el único canto fuera de la presencia de las Fuerzas Armadas. Las Saetas, que emergen de los balcones al paso de las imágenes, son el acompañamiento más tradicional, pero tampoco el único salido del flamenco. Tras el Cristo de los Gitanos, las rumbas y fandangos salen de forma improvisada de la promesa y componen un peculiar acompañamiento.

Más solemne es el «Stabat Mater» que se despliega desde uno de los balcones de San Felipe Neri cuando la ciudad apaga sus luces. Al salir la Orden Tercera de Servitas con su Madre Dolorosa, una soprano quiebra la noche malagueña con los versos en latín de este himno católico del siglo XIII. Con el «Stabat Mater dolorosa, juxta crucem lacrimosa, dum pendebat filius» arranca el luto más riguroso de la ciudad por la muerte de Dios.

Sin embargo, existe un canto que no se escucha en las calles de la ciudad, pese a estar ligado a una de sus cofradías. Misericordia tiene como acompañamiento por las calles de Málaga cada Jueves Santo al Ejército del Aire. Su insignia figura incluso en el trono del Cristo «chiquito» del Perchel. Pero por las calles no se escucha un himno que va aparejado a este cuerpo de las Fuerzas Armadas. El «volad, alas gloriosas de España...» es de los pocos cánticos, que estando vinculado a la Semana Santa de Málaga, no se entona.