El Centro Lorca de Granada retrasa decidir sobre el dinero que pide la familia

Todo lo que rodea a la figura de Federico García Lorca está impregnado de un cierto halo de misterio. Su vida, su muerte, el paradero del cuerpo y especialmente la cuestionada posterior gestión de su obra. Una de las piezas de ese puzzle imposible es el Centro Lorca, construido por la familia con dinero público para albergar en Granada el legado de su poeta más universal. Pero el legado no llega y en el aire continúa la auditoría que reveló un pufo millonario en la creación del edificio.

La deuda inexplicada en esta construcción fue el objeto de la reunión mantenida ayer por las instituciones que administran este espacio, las cuales postergaron su decisión de dar -o no- el visto bueno a las doscientas facturas presentadas por la Fundación Lorca, dirigida por sus herederos.

El Ayuntamiento, la Diputación Provincial de Granada, la Junta de Andalucía y el Gobierno central decidieron darse «unos días» más para terminar de evaluar la documentación aportada por la familia, sobre la que recae la sospecha de un mal uso de los fondos públicos.

Un agujero millonario

Las cuentas no cuadran. Sólo 1,5 millones de euros de los 4,6 que costó levantar el edificio que va a albergar el Centro Lorca se han dado por válidos. El resto están pendientes de justificar, otra parte ya se ha dado por perdida -la que confesó haber robado el secretario de la Fundación Lorca- y además se espera que Noruega reclame al Ministerio de Hacienda una subvención de 4 millones aportada hace años si no se cierra el acuerdo para la llegada del legado antes de que termine el mes, pues la llegada del legado del insigne poeta era una de las condiciones de esta ayuda concedida.

Pero han pasado casi dos años desde que el Centro Lorca abrió y el legado continúa en Madrid, custodiado en la mítica Residencia de Estudiantes. La familia Lorca se resiste a entregarlo. Laura García-Lorca, presidenta de la Fundación Lorca, pretende ahora que las administraciones le condonen las partidas sin justificar a modo de «indemnización» por haber adelantado en su momento el dinero de las obras para construir el edificio. Entre las cantidades pendientes de justificar están los honorarios de Laura García-Lorca, que ascienden a 650.000 euros. Una cantidad que se justifica con un sueldo de unos 5.000 euros al mes desde hace 11 años.

Izquierda Unida pidió ayer que no se le dé «más tregua» a la Fundación Lorca y se inicie la liquidación de la encomienda de gestión, acompañada de un informe sobre las facturas para reclamar todo el dinero cuyo gasto no esté justificado.

«El legado tiene que llegar, pero no puede ser a costa de la ciudad», exigió el portavoz de la formación comunista en Granada, Francisco Puentedura, quien teme que sean las administraciones las que finalmente hagan frente a la deuda existente con proveedores que aún tienen pendiente cobrar. Por el momento no se ha tomado ninguna decisión al respecto; habrá que volver a convocar una reunión de todas las administraciones.