Susana Díaz conversa con Rodríguez Zapatero en Granada. RUIZ DE ALMODÓVAR
Susana Díaz conversa con Rodríguez Zapatero en Granada. RUIZ DE ALMODÓVAR
CAMPAÑA

La alianza cordial de Zapatero y Díaz agranda el silencio del PSOE andaluz sobre Sánchez

El expresidente del Gobierno se dio un baño de masas con la presidenta andaluza y avisó de que los dirigentes de Podemos «quieren ser como nosotros»

GRANADA Actualizado: Guardar
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Hay llamamiento para «salvar al soldado Sánchez» pero José Luis Rodríguez Zapatero y Susana Díaz se aplicaron poco en la tarea. «Quien puede liderar un Gobierno de izquierdas es, ha sido y será siempre el PSOE», comenzó ayer el expresidente del Gobierno en su primera intervención en esta campaña electoral tras su viaje a Venezuela. Tuvo que transcurrir media hora para que mencionara a Pedro Sánchez del que dijo, ante la atonía del millar largo de personas que le escuchaban en un hotel de Granada,  que ganó «clarísimamente»el debate que celebró con los dos candidatos emergentes. El del lunes pasado no lo vio, pareció excusarse.

«Ganó el debate y va a ganar las elecciones» añadió como en un cumplido tras repasar los principales ejes del Estado del Bienestar en un conjunto que «no es antiguo, viejo o nuevo, es del PSOE».

«Vamos a romper ahora la duda y vamos a hacer que el PSOE vuelva a ser mayoría en España», reseñó Zapatero para ahondar en las críticas a Pablo Iglesias y a los dirigentes de Podemos que «en el fondo quieren ser como nosotros».

«Somos el partido que más necesita España», resaltó el expresidente. En la tarea de ningunear a Pedro Sánchez en su discurso, la presidenta de la Junta de Andalucía le llevó la delantera a Zapatero, nombrando en dos ocasiones y de pasada al candidato a La Moncloa, pero no en los aguijonazos a Pablo Iglesias.

En la esperada respuesta a Pablo Iglesias por su referencia al 4 de diciembre de 1977 en el debate del lunes, Susana Díaz se esmeró. «No estoy dispuesta a que reinventen y reescriban la historia de Andalucía, la lucha por la autonomía», clamó Díaz para acusar a Iglesias de «manipular la historia de Andalucía para dar una coartada a los independentistas catalanes» y anunciar un referéndum en Cataluña.

Pero gran parte del interés estaba, más allá del contenido político, en las muestras de apoyo y cariño a Zapatero que escuchó con gesto de melancolía el momento en que Susana Díaz, de quien volvió a destacar su liderazgo, recordó que apostó en 2004 por «sacar las tropas de Irak porque así lo había prometido». También Felipe González se llevó los cumplidos de la presidenta andaluza apuntando su labor por la integración en Europa. Pero ninguno de esos gestos fue para Pedro Sánchez en un momento decisivo de su campaña.

 

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