AÑO JUBILAR

El Sagrado Corazón de las Ermitas, la presencia permanente de Cristo en Córdoba

La inauguración del monumento en 1929 fue un acto que dejó huella en la ciudad

Vista cenital del monumento al Sagrado Corazón de Jesús de Córdoba en 1930, un año después de su inauguración ASOCIACIÓN DE AMIGOS DE LAS ERMITAS

Luis Miranda

Hace 89 años que su silueta vigila y protege a Córdoba y aunque nunca se deja de reparar en su presencia, los próximos meses el monumento al Sagrado Corazón que se alza en las Ermitas estará muy presente en la vida espiritual de la ciudad. Acaba de comenzar el Año Jubilar con que se celebrará el 90 aniversario de la creación de un monumento que no se puede comprender si no se viaja a su época.

El historiador y colaborador de ABC Córdoba Juan José Primo Jurado relata el origen de esta obra durante el año 1925. Se cumplían 16 siglos del Concilio de Nicea , en el que tuvo gran protagonismo el obispo de Córdoba Osio, y a Roma viajó una delegación cordobesa con su obispo, Adolfo Pérez Muñoz , para presentar al Papa Pío XI el proyecto de erigir un monumento al histórico prelado. El Pontífice tuvo palabras de elogio e instó a hacer otro para el Sagrado Corazón, que entonces, y todavía, tenía una fuerte presencia. En palabras del historiador, «simbolizaba el reinado social de Cristo en la tierra » y Pío XI impulsó con fuerza la creación de este tipo de monumentos en muchas ciudades.

Muestras en ESpaña

Tenía sus raíces en el siglo XVII, en Santa Margarita María de Alacoque y floreció en iglesias tan emblemáticas como la basílica parisina del Sacre Coeur en Montmartre. Pero para el siglo XX ya tenía un matiz algo distinto, ya que se asociaba con mayor compromiso y militancia. «El Papa León XIII había consagrado el mundo al Sagrado Corazón y en 1919 hizo lo mismo Alfonso XIII con España en el monumento que se hizo en el Cerro de los Ángeles , en Madrid», cuenta el historiador. Como explicó Primo Jurado, en 1922 se creó el de Jerez, en 1925 el de Murcia (destruido en la Guerra Civil) y en 1927 el de Bilbao.

Adolfo Pérez Muñoz tuvo desde el principio la idea de las Ermitas porque muchos de aquellos monumentos se situaban sobre las montañas junto a las ciudades , lo que daba el sentido de proteger a sus habitantes, y desde allí se vigila toda la ciudad. Se encargó a Lorenzo Collaut Valera , que también había realizado el monumento a Osio que se instaló en la plaza de las Capuchinas , que labró uno de los más bellos que todavía se alzan en España. En el pedestal, entre otros motivos, se labró el escudo del Papa Pío XI, que había animado a que se construyera.

El nuncio Federico Tedeschini, en las Ermitas de Córdoba en 1926 ASOCIACIÓN DE AMIGOS DE LAS ERMITAS

Para Córdoba, los días de la inauguración del monumento fueron memorables. Se hablaba de él desde mucho tiempo antes, pero se quiso festejar por todo lo alto y se organizó una procesión de esas que los cofrades de hoy llamarían «magnas». Fue el domingo 20 de octubre de 1929 y en ella participaron las grandes devociones de la ciudad: San Rafael y Nuestra Señora de los Dolores , pero también la imagen del Sagrado Corazón que se veneraba en San Hipólito (y que no es la actual) y Santo Tomás de Aquino . Se reunieron a las cinco de la tarde en la plaza de la Compañía, donde durante muchos años se había organizado la procesión oficial del Santo Entierro. Muchísimos hombres y mujeres acompañaron a las imágenes, cada una con su banda, en aquel apoteósico recorrido.

Pero el día grande de la inauguración estaba por llegar y se reservó para eso el 24 de octubre , la fiesta de San Rafael, precisamente en el aniversario del nombramiento de Adolfo Pérez Muñoz como obispo de Córdoba. Como recuerda Juan José Primo Jurado, las campanas de las iglesias comenzaron a tocar a las 5.30 de la mañana para animar al pueblo a que subiese a las Ermitas para arropar la inauguración del monumento. El periódico «La Voz de Córdoba», uno de los más importantes de la ciudad en aquel momento, describía que desde el Pretorio, donde casi terminaba la ciudad, hasta la carretera del Brillante y luego Cañito Bazán «estaba realmente intransitable ».

Una gran procesión con San Rafael y la Virgen de los Dolores sirvió de prólogo al gran día

Se dice que acudieron 25.000 personas , la tercera parte de la población de Córdoba, a las Ermitas en aquel día que amaneció con algo de niebla y amenaza de lluvia, pero ni así se empañó la jornada. Tras la misa se bendijo la imagen y tomó la palabra el alcalde, José Sanz Noguer , que dedicó palabras de mucha fe, y también el obispo. «¿No veis ahí el escudo del Papa y los blasones pontificios? ¿No veis que está diciendo ‘venite ad me’, y que encontréis un sitio elevado? Este sitio lo hemos encontrado en el Sinaí de Córdoba , en las Ermitas. Se multiplicaron por toda España y llegaron a la provincia de Córdoba: en 1941 a Priego y en 1945 a Lucena.

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