VIOLENCIA DE GÉNERO

Crimen de Rute: el dolor por el asesinato de Piedad aún anida en el pueblo

Los vecinos recuerdan las desavenencias que tuvo el matrimonio por la decisión de la mujer de trabajar en Marbella

Banderas a media asta esta semana en Rute por el asesinato de Piedad EFE

Miguel Navas

Pasados los tres días de luto oficial, Rute intentar recuperar la tranquilidad después de los terribles hechos que sacudieron la vida del pueblo a principios de semana, cuando Juan Rosales asesinó a su esposa, Piedad Cruz, y huyó con los dos hijos de la pareja hasta Madrid, donde llamó por teléfono al 091 para confesar su crimen.

La noticia fue un duro golpe para un pueblo de menos de 10.000 habitantes donde todo el mundo se conoce, como afirmó Antonio Ruiz, su alcalde , en la manifestación de repulsa al asesinato que concentró a las puertas del Ayuntamiento a más de mil ruteños. La concentración se dispersó, los vecinos volvieron a su vida diaria, pero el golpe aún se siente.

Por este motivo son muchos los que tuercen el gesto cuando se les pregunta sobre la relación entre el matrimonio, que se empadronó en Rute en 2005, aunque su relación con el pueblo es mucho anterior. Según explican algunos de sus amigos, Juan y Piedad se conocieron siendo muy pequeños, en la Escuela Hogar Juan de Dios Jiménez, un internado religioso que acogía a los niños de núcleos urbanos alejados (ambos nacieron en El Higueral, una aldea perteneciente a Iznájar) y se encargaba de llevarlos a clase, para evitar problemas a sus padres por el transporte, en épocas donde los pueblos no estaban tan bien comunicados como ahora.

Ya como adultos, Juan comenzó una empresa de pintura con su hermano mayor, José María, Pinturas Rosales, con la que recorría muchos de los pueblos cercanos pintando de blanco las tradicionales fachadas andaluzas. Antonio fue de sus últimos clientes, más concretamente sus suegros, y también su amigo. Cuenta que no hace mucho Juan estuvo pintando la casa de su familia política, y lo define como una buena persona aunque, puntualiza, si no te conocía «quizá no te daba ni los buenos días».

Por todo ello, le extrañó mucho conocer la noticia y mucho más algunos de los rumores que circulan por el pueblo, por ejemplo los que afirman que Juan llevaba sin pasar por casa varios días. En lo que respecta a Piedad, a la que apodaban «La Flores», se graduó en Psicología y se dedicaba a cuidar a sus dos hijos y a las labores del hogar. Algunos vecinos recuerdan que un tiempo estuvo trabajando en Marbella, lo que ya «ocasionó problemas» en su día. Otros cuentan que había comenzado a ayudar a su hermano «con el papeleo» de la empresa de taxis que este tiene en Granada.

Al preguntarle precisamente por los hijos, Juani explicaba el pasado martes que un par de días antes había visto a toda la familia en un pequeño parque, el de la Música, no muy lejos de la residencia familiar. El mismo que ahora vuelve a llenarse con las risas de los niños que empiezan a disfrutar sus vacaciones.

Tampoco está muy lejos el CEIP Ruperto Fernández-Tenllado , donde estaban escolarizados los dos hijos de Juan y Piedad. El centro condenó inmediatamente lo ocurrido el 2 de julio, «el día más triste del año», según el comunicado que hizo público el colegio, y trasladó sus condolencias a la familia.

Piedad Cruz descansa ahora en el cementerio de El Higueral. Con su entierro, se ponía punto final a esta trágica historia, que conmocionó a un pueblo hasta ese momento tranquilo. El dolor aún no se ha ido de Rute, como tampoco lo ha hecho la lucha contra el machismo, porque, como recordó Abundi Alba, presidenta de la asociación de mujeres Horizonte de Rute, «la única cifra de mujeres asesinadas que podría tolerar cualquier sociedad debería ser cero».

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