CULTURA

Revistas literarias de Córdoba, la resistencia poética de los años heroicos

Los premios y las nuevas tecnologías han arrinconado el papel que jugaron las publicaciones como «Cántico» o «Antorcha de paja» para la difusión

El Grupo Cántico en una de sus fiestas navideñas. Su nombre procede, como es sabido, de la mítica revista que impulsaron en los años 40 y 50

Félix Ruiz Cardador

Nunca fue tan fácil como hoy darse a conocer en el mundo de la literatura. Basta con escribir un poema y subirlo a las redes para sentir que ya se va formando parte del Parnaso, aunque sea en decimotercera fila. Al instante llegarán las reacciones y se verá si el texto es del gusto de los lectores o no. Precisamente de ahí, proceden algunos de los jóvenes poetas que más venden en el mercado literario , confuso como pocas veces hasta ahora, y que llegan al libro de papel después de haber arrasado con los «megustas», los compartidos o Amazon. A ello se suman los numerosos premios públicos y privados que se convocan por toda la geografía española y que son la otra fórmula más habitual para darse a conocer y publicar en condiciones decentes. Dos líneas, una más moderna y otra más clasicona, que conviven en nuestros días y que son habituales para cualquiera que empiece en la escritura.

Manuel Reina, poeta pontanés, político y promotor de la revista «La Diana», en la que colaboraron genios universales como Poe o Baudelaire

Atrás van quedando con ello fenómenos tan entrañables como el de las revistas literarias , que durante más de un siglo fueron el mejor canal para promocionarse. Sus orígenes se hunden en las primeras décadas del siglo XIX, con publicaciones como la barcelonesa « El Europeo » o el « Diario Literario y Mercantil de Madrid ». En Córdoba proliferaron sin embargo en el siglo XX y con formatos más especializados, de tal modo que de una de ellas salió el grupo poético más importante que ha dado la provincia en la pasada centuria: « Cántico ». Impulsada por Pablo García Baena , Ricardo Molina y Juan Bernier , la revista homónima tenía su precedente en otra publicación previa a la guerra del 36, « Ardor ». En «Cántico» se involucraron pintores de la talla de Miguel del Moral y Ginés Liébana y poetas como Mario López o Julio Aumente . La mítica revista vivió dos épocas (1947- 1949; 1954-1957) y, con su gusto por lo sensual y su conexión con las corrientes europeas, supuso un ventarrón de aire fresco en la poesía española de postguerra. Una especie de vía alternativa frente a la dialéctica que entonces se vivía entre el existencialismo acartonado de la revista leonesa « Espadaña » y los arrebatos nostálgicos de la madrileña « Garcilaso ».

El poeta de Puente Genil Juan Rejano, gran agitador cultural y cuyo nombre está asociado a la mítica revista «Litoral»

Antes de Cántico hubo sin embargo otros autores cordobeses que se decantaron por las revistas como medio de expresión. Pionera por ejemplo es la revista « La Diana », que impulsó a finales del XIX el escritor modernista y político de Puente Genil Manuel Reina y en la que incluyó colaboraciones de genios como Edgar Allan Poe o Baudelaire . E inolvidables resultan también los desvelos literarios de otro poeta y periodista pontanés, Juan Rejano . Su labor en cuanto a la promoción de la literatura se puede calificar como extraordinaria, tanto en España como en el exilio, por lo que su nombre queda ya para siempre vinculado a una de las revistas más potentes del siglo XX español, « Litoral ». Coetáneos de Cántico son a su vez dos poetas y editores que apostaron por sus propias publicaciones. Por ejemplo, el raro erudito y excelente poeta Manuel Álvarez Ortega , impulsor de la revista « Aglae », o Luis Jiménez Martos , que antes de emigrar a Madrid para convertirse en uno de los grandes editores de su generación, dedicó sus horas y desvelos a dos revistas: « Veleta » y « Arkángel ». También se puede añadir a ellos el nombre del Mariano Roldán, fallecido esta misma semana en un trágico incendio y que editó junto a Carmelo Casaño la revista « Alfoz ». Colaboró igualmente Roldán en la literaria y filosófica « Revista del Mediodía », de Rafael Mir Jordano y Emilio Ruiz Parra .

Los miembros fundacionales de «Antorcha de Paja»

El final de « Cántico », unido a la marcha de Córdoba de algunos de muchos de los protagonistas de su vida literaria, supuso un frenazo brusco, aunque el sustrato quedó en el ambiente. Así lo explica uno de los grandes animadores de la vida literaria de los 70, Francisco Gálvez , que se involucró primero en la revista « Zubia » para luego constituir la que está considerada por muchos como la segunda revista literaria más importante de Córdoba: « Antorcha de paja » (1973-1983). Dicha publicación la impulsaron el propio Gálvez, José Luis Amaro y Rafael Álvarez Merlo y tuvo como modelo de publicación, que no de estética poética, a « Cántico ». «Nosotros, al igual que ellos, quisimos que se mezclasen en nuestras páginas los poetas de aquí con los de fuera», por lo que por allí acabaron compareciendo algunos de los autores jóvenes más prometedores como Jaime Siles , Antonio Colinas o Guillermo Carnero . Otro de sus aciertos estuvo en sus editoriales, que ha estudiado la poeta y profesora María Rosal y en los que no se hablaba sólo de asuntos literarios sino de las circunstancias sociales de una España que caminaba hacia la democracia.

Esos años de cambio político y esperanzas fueron en cualquier caso fructíferos para la agitación cultural, por lo que « Antorcha » no fue la única revista que se movió en la ciudad. Otros nombre relevante fue el de la mencionada « Zubia », que dio pie a un grupo del mismo nombre y cuya cabeza más visible y constante fue durante años el ya fallecido poeta y columnista Carlos Rivera . Por allí publicaron algunos de los poetas decanos de la Córdoba actual, como es el caso de Juana Castro y Carlos Clementson . Otras publicaciones de esa época son « Aljuma » y « Zaitun », anteriores ambas a « Antorcha de Paja » y en las que estuvieron involucrados artistas como José María Baez y autores ya mencionados como Gálvez, Rivera o Álvarez Merlo.

El declive de las revistas

El declive de las revistas como medio de expresión de la poesía joven fue llegando conforme se acercaba el final del siglo XX y arrancaba el XXI. Los autores que se dieron a conocer en esa época, como García Casado , Eduardo García , José Luis Rey , Pérez Azaústre o Elena Medel , ya no necesitaron de este medio, sino que lo hicieron a través de premios poéticos que les permitían publicar en editoriales de distribución nacional. También proliferó otro formato más modesto, denominado « plaquette » y que consiste en un pequeño libro con varios poemas de un único autor. Mientras tanto, las últimas revistas que aparecieron, como « La Bella Varsovia », se recondujeron como sellos editoriales.

Quedan hoy dos publicaciones longevas que aguantan, como es el caso de « La manzana poética », que cumple 20 años al cuidado del incombustible Francisco Gálvez, o « Ánfora Nova », que promueve desde Rute José María Molina Caballero, quien reconoce el encanto y la dificultad de estas publicaciones, «donde en cada número se empieza de cero».

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