Crisis humanitaria

Los refugiados afganos estarán de seis a nueve meses en plazas de acogida en Córdoba

El Gobierno diseña un recorrido para su adaptación a la sociedad española

Centro de acogida de Puente Genil Valerio Merino

Rafael Ruiz/Rafael Verdú

Las 49 personas de nacionalidad afgana que ya residen en centros de acogida de la provincia de Córdoba, y los que aún tienen que llegar, estarán de seis a nueve meses en plazas temporales de atención inmediata como los centros de la Cruz Roja de la capital y de Puente Genil, donde están siendo acomodados junto a otras personas en casuísticas similares. El Gobierno ha puesto nombre al proceso para acompañar a estas personas en su proceso de adaptación a la vida en España, en el caso de que decidan permanecer en el país. Se llama operación Antígona, el mito griego recogido por Sófocles.

La actual situación, pasada la operación de rescate en el aeropuerto de Kabul (que ha sido oficialmente cancelada por el Gobierno de España), no debe durar mucho. Inicialmente, se ha realizado una primera recepción, controles Covid (solo ha habido un positivo en un contingente de cientos de personas) y el inicio del sistema de solicitud de protección internacional. Lo que se conoce como asilo. Buena parte de las personas rescatadas por el contingente español fueron colaboradores de las Fuerzas Armadas o el servicio diplomático así como personas especialmente señaladas cuya vida bajo el régimen talibán corría peligro cierto.

La situación de acogida, explican fuentes gubernamentales, no tiene por qué hacerse en plazas de la Cruz Roja, que es la principal oenegé a la que pedir apoyo. Se trabaja también en el uso de pisos . Allí es donde las familias estarán de seis a nueve meses con recursos que el Gobierno se compromete a pagar de forma íntegra. Lo que sigue, se explica, es una preparación para una vida autónoma que va a ser lo complejo dado el impacto lingüístico, cultural y socieconómico de las familias de refugiados.

El plan del Gobierno es que, una vez reconocido la situación de asilado, se vayan descolgando progresivamente del sistema público de protección. Se trabaja en una fórmula para una vida independiente con los ingresos generados por su trabajo. Entre otras cuestiones, se están programando clases de español, asistencia psicológica (dado el trauma vivido) y orientación y formación laboral. Un asilado no puede trabajar en España, según la ley, sino a partir del secto mes tras la solicitud de protección internacional.-

En esta primera fase, las familias refugiadas vivirán en lugares con personas de otras nacionalidades. Tendrán garantizado el alojamiento y la comida , el apoyo de los servicios públicos, asistencia sanitaria y escolarización de menores. En la segunda parte, se optará por que alquilen pisos de libre mercado en las mismas localidades donde realizaron la fase de adaptación con el objetivo de mantener los lazos en los que se encuentren inmersos.

El Gobierno trabaja en una fuerte inversión en nuevos centros de acogida, que es uno de los debes del sistema de respuesta humanitaria en España. En concreto, en 5.000 plazas públicas y 15.000 en total. La realidad es que el cierre de la operación española de rescate no implica que dejen de llegar refugiados. Aún no se ha activado la operación de las bases de Morón y Rota. Es muy posible que lo peor de la crisis esté por llegar mediante una salida masiva hacia Europa.

El Ayuntamiento de Córdoba aún no ha recibido ningún tipo de propuesta o demanda de ayuda por parte del Gobierno para la habilitación de espacio, como ha ocurrido cuando se ha necesitado espacio urgente para llegadas súbitas de personas en crisis humanitarias.

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