URBANISMO

La nueva vida del Palacio Episcopal, un cronista de la historia de Córdoba

El nuevo centro de interpretación «recicla» la Biblioteca Diocesana que ordenó abrir Carlos III con servicios para los turistas

Operarios del Obispado trabajan en el mantenimiento del patio VALERIO MERINO

Rafael Ruiz

En el año 2009, hace cerca de una década, el Museo Diocesano abrió sus puertas tras la conclusión de las obras en el Palacio Episcopal de Córdoba . Ya entonces, el Cabildo y el Obispado enunciaron qué querían para la parte no tocada del edificio histórico: un centro de interpretación de la Mezquita-Catedral . El anterior obispo, Juan José Asenjo , cumplía sus últimos meses como prelado de la diócesis y dejó la carpeta abierta para que decidiese su sucesor. Esta semana, Demetrio Fernández ha recibido la licencia de obras para un proyecto que la Iglesia acaricia desde hace mucho y que se ha topado con la Gerencia de Urbanismo , que tampoco es que haya ayudado mucho.

El Palacio Episcopal es algo más que está frente a la Mezquita. Es un trozo de la historia de Córdoba. Los sillares de su base forman parte del Alcázar califal , una enorme construcción de la que se pueden visitar los baños frente al otro Alcázar, el de los Reyes Cristianos . Lo que ahora se puede ver en el Palacio Episcopal se configura de los XV (cuando el obispo Sancho de Rojas edifica el desaparecido palacio viejo) a XVIII. El edificio quedó seriamente dañado por el terremoto de Lisboa y sufrió un incendio muy grave. Originalmente, ocupaba toda la manzana con unos graneros que estaban donde hoy se encuentra la Biblioteca Provincial y un jardín propio, llamado «del obispo», que se encuentra abandonado. En sus estancias, durmieron los califas, primero, y luego Fernando III, Sancho IV, Alfonso XI, Boabdil, Felipe II, Felipe IV e Isabel II. «En cada visita real, era habitual que el Palacio se decorara para recibir a tan insignes huéspedes, y posteriormente se vendían los objetos decorativos en subasta pública», explica la investigadora Rocío Velasco , que publicó una tesis doctoral sobre la materia.

Operarios trabajan en el Palacio Episcopal V. M.

Lo que se va a rehabilitar del palacio es el patio de recibo o de carruajes y las crujías que lo delimitan. Es decir, la esquina entre las calles Torrijos y Amador de los Ríos. La zona que va desde la puerta del obispo Mardones -que se va a recuperar como principal de todo el palacio- hasta las antiguas instalaciones de la Biblioteca Diocesana Pública , que tiene una historia por sí misma. Carlos III obligó a la Iglesia a crear bibliotecas con sus vastos fondos. En Córdoba, la Curia remoloneó pero finalmente creó, con planos de Ventura Rodríguez (autor de la iglesa de Santa Victoria), un centro que agrupó los títulos del Obispado, el Archivo de la Inquisición y las bibliotecas de los jesuitas , expulsados de España. El edificio se levantó sobre las cocheras y caballerizas del complejo, ubicadas frente al actual Seminario , que era donde se emplazaban las zonas de servicio. Para amantes del anecdotario, junto a esa zona estaba la prisión diocesana , cuando los religiosos no estaban supeditados a los tribunales ordinarios y cumplían condena en celdas propias.

El proyecto en el que se embarca el Cabildo es convertir lo que el obispo actual llamó « un corral » -porque ese es su estado actual- en un centro cultural ligado a la Mezquita-Catedral. Cuesta unos cuatro millones de euros , según el presupuesto divulgado hasta el momento, y el plan de usos quedó fijado en un documento que aprobó la Junta. La planta baja de las crujías que se van a tocar se dedicarán a una zona de estancia para los cientos de miles de visitantes de la Mezquita-Catedral apoyada en el enorme patio de recibo. Se trata de lo habitual en estos casos: una tienda de recuerdos, aseos, una cafetería. Todo lo que no se puede hacer por razones obvias en la acera de enfrente, en la propia Mezquita, donde la apertura de una puerta se convierte en toda una aventura de alto riesgo.

Infografía del proyecto

La mayor aportación del proyecto realizado por el arquitecto Vázquez Teja es la recuperación de las plantas altas de las dos crujías que serán una extensión del Museo Diocesano. Renovado a finales de la década pasada, reúne una colección de arte sacro . El plan del Obispado es incrementar la superficie expositiva en ese espacio en forma de L que se libera con el proyecto de restauración. El programa museográfico ha empezado a desarrollarse ahora, una vez recibida la licencia de obras, pero las intenciones iniciales han siempre la de disponer mejor los fondos artísticos de la Iglesia y explicar la historia de la Mezquita-Catedral usando las tecnologías disponibles como maquetas o audiovisuales. En tiempos donde las entradas se compran por internet, el debate se ha centrado en las taquillas, cosa que demuestra que los políticos no son «millenials».

Infografía del proyecto

El proyecto de rehabilitación comprende también la restauración interior de la torre más cercana, la que se encuentra más al Sur en la calle Torrijos. La idea de la Iglesia es abrirla también al público dadas las vistas que tiene al monumento mayor y al Casco Histórico. El mayor cambio que se prevé, recuperación aparte, es la creación de un cuerpo acristalado en el patio de recibo o carruajes que irá anexo a la crujía recayente a calle Torrijos. Esa parte no tiene una función estética sino de protección de los restos arqueológicos de la muralla del Alcázar califal que existen en la zona. El edificio originario era un complejo de unos 40.000 metros cuadrados con protecciones propias y un pasadizo directo hasta la Mezquita elevado sobre la calle, el sabat, para uso exclusivo del califa . El último (hubo varios) se demolió en el siglo XVII. Los cimientos se conservan bajo la calle Torrijos.

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