Cultura

José María Higuera, la irrupción en Córdoba de un poeta revelación a los cincuenta años

Acaba de publicar ‘Proyecto de interiorismo’, reconocido con el premio Alegría, que lanza una obra hasta ahora sólo difundida en la intimidad

José María Higuera, en su taller de talla en Córdoba Rafael Carmona
Luis Miranda

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A José María Higuera (Córdoba, 1970) nadie lo recuerda de jovencito leyendo en público sus primeros versos ni a la sombra de algún grupo poético . A la edad en la que otros están en talleres donde pulen su forma de escribir, estudian carreras de letras y hasta analizan su propia literatura, él aprendía el oficio de la talla ornamental de la madera , con el que se gana la vida desde hace mucho trabajando para hermandades de toda Andalucía.

La poesía, sin embargo, le llamaba la atención. Leía a los clásicos, le apasionaban la fuerza de Miguel Hernández y las imágenes de Federico García Lorca . También la escribía casi para consumo interno. En Facebook tenía a varios poetas consagrados en su lista de ‘amigos’, aunque no conocía personalmente a ninguno, y en una ocasión, hace unos dos años, publicó uno de ellos: «Aquí os dejo una de mis cosillas».

El poema lo vio Inma Pelegrín , una autora consagrada, y le escribió un mensaje privado. «No digas que es una cosilla. Es un poema y me gusta. Escribes muy bien». Quizá a partir de entonces el tallista José María Higuera pasó a ser el tallista y poeta José María Higuera, como sucede desde hace unos meses.

«Para mí es un mundo nuevo. A veces me siento como un extraño que invade un sitio que no le pertenece»

Le dio consejos y lo introdujo en un grupo con otros escritores. «Nos poníamos ejercicios y teníamos que hacer algo sobre el mismo tema. Les gustaba lo que hacía y me animaron a presentarme a concursos. Decían que tenía calidad suficiente». A sus cincuenta años y sin haber publicado nada fue finalista de los premios Melilla, Argensola y Gil de Biedma y este verano logró el Alegría , que concede el Ayuntamiento de Santander .

‘Proyecto de interiorismo’ , editado por Rialp, ya está en la calle, y es un libro lleno de metáforas ya en el título y en la estructura, que tiene capítulos como ‘Gama de colores’, ‘Estancias’. «Todo habla realmente de otra cosa . Un poema cuenta cómo un hombre poda un bonsai, pero en realidad habla de la manipulación sobre las personas. Es una metáfora como el mismo poema es una gran metáfora», dice José María Higuera.

En sus poemas se reparten versos heptasílabos, endecasílabos y alejandrinos. Los primeros forman a veces silvas, la estrofa clásica que combina siete y once, pero siempre son versos blancos, sin rima . Incluso si encuentra alguna asonancia involuntaria la retira del texto. Un ejemplo: «A diario me paseo por las zapaterías. / Es lo más similar al cielo de mi infancia. / El olor del cariño se puede parecer / a estar siempre contigo, en tus zapatos.»

«Antes no usaba la medida, luego me di cuenta que te ayuda al ritmo. Al leerlo adquiere la musicalidad que necesitan. Lo uso como estructura», explica. José María Higuera es amante del cine y por eso construye sus poemas desde las imágenes, aunque «midiendo las palabras».

«Para mí es importante que el lector haga suyo el poema, que lo asimile como suyo», asegura

Su concepción lírica es la de algo que parece estar en la naturaleza de cada uno: «La poesía es una forma especial de mirar el mundo . El lenguaje poético te hace poder expresar las cosas de una manera que el lenguaje habitual no se pueden expresar. Y no sólo está en lo que se escribe, sino en mirar un atardecer o una planta, por ejemplo. Es la forma de decir las cosas que te lleven a otro lugar». Busca también la c omplicidad del lector , «que haga suyo el poema, que se meta en él y que lo asimile como suyo».

Por eso cuando ve algo que le llama la atención lo apunta de inmediato en el teléfono móvil para después desarrollarlo y sentarse a escribir y a depurar . «Cuando tengo las ideas hago una estructura general, porque voy quitando, poniendo, cambiando . A veces tengo una idea y luego el poema me lleva por otro lado. Cuando tengo todo lo que quiero decir, voy cambiando muchas palabras. Dos palabras, dependiendo de cuáles sean, te pueden llevar lejos. Me gustan mucho las imágenes y metáforas, y que el poema en conjunto sea una metáfora, que no es lo que lees», explica sobre su obra. El comienzo y el final, si puede ser sorprendente, son fundamentales.

Ahora José María Higuera, como casi todos los poetas, se dedicará a la literatura cuando su trabajo se lo permita. Se siente «como un extraño que invade un sitio » al entrar en un mundo de poetas, pero dice que lo han aceptado «perfectamente». La talla incluso le ayuda a entender la poesía: «Igual que necesito ponerle una entonación para un golpe más perfecto, me sirve para escribir».

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