Grupo Prasa: Cronología de un gigante de la construcción nacido en un pueblo de Córdoba

El auge y caída del sector de la construcción tuvo entre los nombres propios de Córdoba el del Grupo Prasa . Las raíces de este gigante que se coló entre las principales promotoras del páis están en la localidad cordobesa de Torrecampo, donde en la década de los 60 Pablo Romero colocó los primeros ladrillos de lo que después sería Grupo Prasa. Su hijo José Romero heredó la hazaña en los 80 y al calor de un mercado inmobiliario que no paraba de crecer puso a Prasa en el camino de la expansión.

Empezó conquistando Andalucía, desde Córdoba hasta la Costa del Sol . El crecimiento continuó por el resto del país -Extremadura, Madrid, Baleares, Castilla-La Mancha, Cataluña- antes de lanzarse al mercado internacional introduciéndose en la costa de Portugal. En 2003, el Algarve luso era el «ojito derecho» de la promotora, que en 2007 también inició su expansión por Europa del Este con la compra de suelos en Rumanía y Polonia . Además se introdujo en el sector de las residencias de ancianos con su filial Sanyres , y en el cultural con una fundación que nació en 1999. Poco después entró en el parque tecnológico Rabanales 21 . Lo intentó con el ámbito sanitario, con el diseño de un hospital privado que iba a ubicarse en la Albaida.

También era propietario del antiguo hotel Meliá , que derribó para levantar el actual. La firma de José Romero también fue accionista mayoritario del Córdoba CF . Prasa figuraba en los rankings de las empresas más rentables de España como la quinta inmobiliaria a nivel nacional con 370 millones de facturación. Eran los buenos tiempos.

Después llegaría la crisis y con ella las vacas flacas. En 2008 además el Grupo Prasa se vio salpicado por la Operación Astapa , de lucha contra la corrupción en el Ayuntamiento de Estepona. Prasa logró esquivar el concurso de acreedores con una reestructuración y una serie de operaciones para ganar liquidez , entre ellas acuerdos con bancos para refinanciar deuda. También se deshizo de activos como suelos y promociones y realizó ventas como la del antiguo Meliá o la de su emblemática sede en el Bulevar .

Con todas esas operaciones logró reducir su deuda financiera hasta en dos mil millones y aligeró su estructura de foram importante. Ahora Prasa se enfrenta a un concurso de acreedores voluntario con el que pretende salvar los muebles para iniciar una nueva etapa que queda lejos de la que protagonizó en la Córdoba de los 2000.