CULTURA

Fosforito, un maestro del flamenco que sienta cátedra en la Universidad de Córdoba

Inaugura el curso de Flamencología que arranca con David Pino de director

Fosforito, ayer junto al nuevo director de la Cátedra de Flamencología de la Universidad de Córdoba V. MERINO

FÉLIX R. CARDADOR

El flamenco es « un patrimonio del alma , que es de todos y nos llega caliente al corazón». A sus 87 años, y con voz rasgada pero firme , el cantaor pontanés Antonio Fernández Díaz «Fosforito» , última Llave de Oro del Cante y leyenda viva de la cultura andaluza, inauguró anoche un nuevo curso de la Cátedra de Flamencología de la Universidad de Córdoba con esta sentencia. La cita tuvo lugar en el salón de actos de la Facultad de Ciencias Laborales, en la Torre de la Malmuerta, y supuso el d ebut como director de la Cátedra del cantaor y profesor David Pino , también natural de Puente Genil y que llega al cargo para sustituir al onubense Arcángel. «A este puesto nunca se aspira, sino que te llega por decisiones externas», explicó el artista, que, muy emocionado en su presentación, recordó que ha estado vinculado a la Cátedra desde sus inicios, cuando todavía era un proyecto.

Fosforito ofreció junto a Pino una conferencia-diálogo en la que, con h umor y entusiasm o , fue recorriendo su vida a través de unas fotografías históricas. Se acordó el artista de su padre, que también cantaba y del que le viene el apodo, y también de las primeras actuaciones que daba por los pueblos de alrededor junto a un guitarrista que también era barbero, «porque entonces todos los barberos sabían tocar la guitarra para entretener a la clientela». Habló con humor de sesiones en cines de pueblo, «donde me anunciaban con una tiza en una pizarra y antes de que comenzase la película de cowboys que llevaba un mes en la cartelera», pero que le sirvieron para ir aprendiendo su oficio.

Y desgranó algunos recuerdos del Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba , en el consiguió cuatro premios en 1956 . El cantaor explicó que aquella cita fue muy importante para su carrera , pues le permitió girar por numerosas ciudades de España. Según explicó, llegó al certamen «sin un duro» y tras padecer una fuerte anemia , provocada por una hernia que se le complicó, pero al final fue allí donde nació la leyenda de Fosforito . «A mí, fuera de Puente Genil, nadie me conocía por ese apodo familiar, pero un paisano me llamó así dando una voz en el Gran Teatro y luego un periodista lo divulgó», explicó el cantaor.

Apasionado y memorioso, con una facilidad pasmosa para recordar fechas, nombres y lugares, Fosforito demostró que mantiene viva esa vieja vocación que lo convirtió en un mito .

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