Baltasar López - PRIMERA PLANA

La desmemoria histórica

Lo que al ciudadano le preocupa no es el callejero franquista, sino cómo combatirá el cogobierno una lacra como el paro

Baltasar López
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Voy a tener que cambiar de cafetería. En la que desayuno, no oigo hablar nunca de esas cosas que tanto preocupan a la gente, según el cogobierno PSOE-IU. Me ha vuelto a pasar con la revisión de los vestigios franquistas en la capital, en la que trabaja el Ayuntamiento. Es de lógica que se retiren la cruz de los caídos junto a la Audiencia, los títulos honoríficos municipales a militares golpistas y determinados nombres de calles. Lo que no tendría sentido es que esas medidas fueran de tal magnitud como cambiar denominaciones tan arraigadas, y nada controvertidas para la mayoría, como la de Vallellano o la del Parque Cruz Conde. Eso generaría una batalla dialéctica entre la ciudadanía.

Ya hubo una guerra: la peor, fratricida. No deberíamos enfrentarnos por ella, sino que tendríamos que estudiarla y aprender mucho, para no seguir en ese «Duelo a garrotazos» que pintó Goya más de un siglo antes de la contienda civil.

De todas formas, el bipartito buscará sólo un triunfo del postureo en el mediático frente del nomenclátor. Porque, vaticino, no se alistará en el combate que este país tiene pendiente con la desmemoria histórica: el de aquellos que aún no han podido abrazar lo que quede de los suyos. Porque, ¿qué hará el Consistorio con las fosas comunes de los cementerios de la Salud y de San Rafael? ¿Cuánto dinero pondrá para un proceso de exhumación e identificación, que imagino largo y costoso? ¿La alcaldesa, la socialista Isabel Ambrosio, se atreverá a pedir a la Junta fondos para ello? Auguro respuestas negativas.

Pero que nadie se engañe: por justas que sean las demandas de unos pocos de recuperar los restos de sus familiares, ni eso ni, por supuesto, el callejero franquista son prioritarios para la sociedad local. La ciudadanía aguarda a que el cogobierno le explique cómo combatirá una lacra actual que sí preocupa a todos: la del paro. Si está leyendo este artículo y no tiene un familiar, un conocido o un amigo sin trabajo, es usted un caso más raro que el del meteorito de Castro del Río.

Capitulares no tiene competencias en materia laboral, pero sí puede facilitar que Córdoba sea un lugar propicio para invertir. No ayudan casos como el de la gran superficie prevista en Rabanales 21. El bipartito la tumbó, pero ahora le podría dar luz verde con los cambios que plantea su promotor (facilitaría un centro de innovación del comercio tradicional o ayudas al sector), siempre que la Federación de Comercio —no recuerdo que se presentara a las municipales— le dé su «ok», lo que con las variaciones introducidas podría pasar. Todo muy tranquilizador para cualquier empresario de Barcelona, Cuenca o Bilbao que lea las noticias de la capital, porque le interese desarrollar aquí un proyecto. Bueno, salvo que su negocio sea de rótulos. Al paso que va el cogobierno, el cambio de placas de la vía pública será de los pocos yacimientos de empleo que estimule.

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