Crimen de Priego: la principal tesis de lo que sucedió

El crimen de Priego tiene ya, a ojos de los investigadores, una tesis más clara de cómo sucedieron las cosas. Una semana después del trágico desenlace nadie tiene dudas de que Juan Alberto R. y José Luis G.B. vivían o habían vivido una tormentosa relación . El prieguense quería mantenerla en privado mientras que Juan Alberto insistía en normalizarla.

Según amigos de Juan Alberto, «se conocieron a través de las redes sociales. José Luis se encariñó. Alquiló un piso en el centro de Lucena y Juan Alberto se fue con él».

La última comunicación por Whastapp entre Juan Alberto y este grupo de amigos está registrada el jueves 12 de abril por la mañana. Y su última conexión al móvil, como la de su pareja o expareja, es de las 17.04 de ese mismo día .

«Sabíamos que, aunque lo habían dejado después de cuatro o cinco meses juntos, se seguían viendo de vez en cuando », apuntan los amigos, que añaden que «Juan quería cortar pero le daba pena y por eso iba cuando él lo llamaba».

La familia de Juan Alberto puso una denuncia en la Comisaría de Lucena para dar cuenta de su desaparición. El domingo 15 el hermano de José Luis dio el aviso porque se había encontrado los cuerpos en el garaje , que estaba con la luz encendida y con las llaves de la puerta privada de la plaza echadas por dentro.

La investigación ha puesto de manifiesto que el asesinato no tuvo lugar ni en el vehículo ni en la cochera donde se hallaron sus cadáveres. El presunto homicida trasladó el cuerpo sin vida de Juan Alberto en el vehículo y lo llevó hasta la cochera.

Una vez allí, habría decidido cerrar la cerradura por dentro y quitarse la vida con un solo corte en el cuello. La posibilidad de que haya una tercera persona es «muy improbable , casi imposible tras los resultados de la autopsia, que apuntan claramente a un corte de autolesión letal en el cuello del presunto homicida», indican fuentes del caso.