Verso suelto
Clásicos travestidos
Muchos que están a la sombra de letras y artes no las entienden
Por las cosas de las agendas de las compañías y el difícil sudoku de cuadrar las fechas en un tiempo en que el coronavirus siempre está dispuesto a hacer destrozos por el peor sitio, no corrió peligro en el Gran Teatro de Córdoba «La pasión de Yerma» , pero sí se ha cancelado «La fiesta del chivo» . Ojalá se pueda recuperar la obra de Mario Vargas Llosa, una aguda reflexión sobre la tiranía, los excesos del poder, la degradación del intrigante y lo desagradecido de la heroicidad. Sería un sarcasmo que entre las dos se salvase la enésima mala lectura de Federico .
Coincido con los que dicen que l a cultura es indispensable y yo no podría respirar sin libros y sin música, sin el poco teatro al que ahora puedo ir y sin algo de cine, pero con las mismas desconfío de muchos que no hacen más que sobarla como si fuera un gato viejo y castrado para pedir dinero público. Tengo visto que muchos de los que se meten debajo de la noble sombra de las artes y las letras en realidad ni las quieren ni las entienden, pero por eso mismo no les da remordimiento cuando toman los textos y las obras plásticas y las convierten en panfletos de sus ideas, rebosantes de prejuicios y anémicos de cualquier vigor creativo.
Esta versión de Lorca es la de ahora, pero son muchas. Dicen los críticos que es una adaptación sin mucha alma, pero antes de verla sus responsables la vendieron con las etiquetas del empoderamiento de la mujer y la visibilización de los homosexuales. La adaptadora dijo que Yerma era una obra que no había envejecido bien porque ahora las mujeres -este Federico era un antiguo con la excusa de que lo asesinaron en 1936- pueden tener un hijo sin necesidad de la concepción natural con un hombre. Ya que será una de las pocas cosas que sabe del autor, ha aprovechado para ofrecer una explicación de la infertilidad que ni el guionista de Juego de tronos: resulta que ella no se queda embarazada porque el marido es gay y no quiere salir del armario. Brillante e inclusivo.
Mucho peor que el indiferente o el que desprecia es el que dice amar y hace daño, y en la cultura duele un poco más porque el dinero, siempre tan contado, se va estas veces para ocurrencias ideológicas que travisten a los grandes y no para ideas originales que merecerían pisar los escenarios en ciudades como Córdoba en que lo bueno se disfruta a cuentagotas y siempre bajo la protección pública. Cualquier ideología funciona como una pantalla que le cambia el color a las cosas, pero la que ahora pastorea a casi todo el rebaño de la creación además se piensa tan superior que ha empezado la relectura de lo clásico para que se parezca a su pensamiento mágico de cambios de sexo infantil. Ya se ve cómo le va a la cultura con tales pastores y tal rebaño que cree que Yerma es un folleto sobre la infertilidad y la opresión de la mujer, «El Padrino» una denuncia de la violencia de una familia mafiosa y «La Carretera» de Cormac McCarthy un alegato contra la energía nuclear .
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