Perdonen las molestias
Cifuentes también pasó por aquí
Esta debe ser la semana del amaño de exámenes a la vista del Consorcio de Bomberos
Todo parece indicar que dos altos cargos de la Diputación de Córdoba se hicieron un «Cifuentes», que es el último grito en corruptelas de baja intensidad. Así lo indica el juez de instrucción número 4 en un auto de procesamiento que destapa un sistema masivo de amaño en las oposiciones al Consorcio Provincial de Bomberos. En efecto, queridos contribuyentes. España arde entre sobornos y mordidas por los cuatro costados y quienes deben sofocar el incendio se dedican a echarle gasolina.
La trama descrita por el instructor dibuja un sofisticado mecanismo para privilegiar a los interinos y colarlos de rondón en las 54 plazas de conductor convocadas. Lo típico. Se organizan oposiciones para puestos de trabajo que ya están adjudicados de antemano. La España de Rinconete y Cortadillo que se resiste a abandonarnos y a pasar página hacia el estándar europeo.
El juez apunta directamente a la vicepresidenta del Consorcio de Bomberos y a su gerente. A ambos les adjudica un papel relevante en la organización de todo este tinglado de pandereta del que pueden derivarse (presuntamente) delitos de prevaricación administrativa, tráfico de influencias y aprovechamiento de información privilegiada . Tipos penales, por otra parte, profundamente mediterráneos, como cualquiera puede observar a simple vista. Hemos dicho más arriba que se trataba de un mecanismo sofisticado de amaño. Quizás no hayamos usado el término apropiado. Salvo que consideremos un mecanismo sofisticado tocarse la oreja como señal concertada para que los evaluadores de una prueba práctica supieran quienes eran interinos y quienes no. En ese aspecto, el modelo cordobés de piruleo se aparta de la técnica Cifuentes y abre un nuevo y brillante camino en la cultura de la fullería .
No vemos a la señora Cifuentes tocándose la oreja para que su director de máster supiera que era la delegada del Gobierno. Sinceramente. A la hoy presidenta de la Comunidad de Madrid no le hacía falta. Directamente no iba a clase ni se presentaba a los exámenes. Y punto. Es otra forma de entender el tráfico de influencias y el aprovechamiento de información privilegiada. Mucho más refinada, más exquisita y más práctica. Dónde va a parar.
El Consorcio de Bomberos , según el auto del juez, cocinó unas bases a la medida del sindicato hermano (ustedes entienden) y montó todo un operativo para filtrar interesadamente las preguntas del examen. En todo ese chiringuito, participó (presuntamente) la vicepresidenta del Consorcio, el director técnico, el presidente del tribunal de las oposiciones y otros miembros del órgano colegiado. Muy al estilo, por otra parte, del modelo Cifuentes antedicho, que está causando furor, según se ve.
Llegados a este punto es cuando uno se hace las preguntas esenciales de la vida. Por ejemplo: ¿queda alguien decente por ahí? No hace falta que contesten esta misma mañana. Ni a lo largo del día. Y casi es mejor que se abstengan vaya a ser que la respuesta nos provoque un cólico nefrítico o un hastío agudo con afectación al peritoneo. Puede pasar, oiga.
Lo del alcalde de Priego es la consecuencia lógica de todo este montaje. El juez asegura en su auto que presionó al tribunal para que bajara la nota con el objeto de que aprobaran siete interinos de su negociado. Consiguió su propósito. Aprobar a sus enchufados y, de paso, a otros 200 opositores que en condiciones normales no hubieran superado la prueba. Es lo que pasa cuando te haces un Cifuentes. Que dejas el engranaje administrativo y la reputación de lo público hechos una triste pena.
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