EL NORTE DEL SUR

Carretera y manta

El kilometraje es de curritos: el plus de vivienda de 1.375 euros del delegado de Medio Ambiente de la Junta pinta más elegante

El delegado de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, Francisco de Paula Algar VALERIO MERINO
Rafael Aguilar

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Que no falte de nada, que para eso hay síntomas evidentes de que la crisis es cosa más del pasado que del presente o del futuro. A lo que se ve, la Junta de Andalucía está encantada de tratar bien a los suyos y no escatima esfuerzos en el empeño. Los suyos son ellos, no nosotros, sino los de dentro, los del lado amable, seguro y confortable de la vida. Es lo que tiene dejarse el pellejo por los ciudadanos -y por las ciudadanas, faltaría más-: la tarea ha de recompensarse como es debido y la administración ha de poner todo lo que esté en su mano para que el delegado -o delegada- de turno llegue al despacho cada mañana con sus ocho horas de sueño, con el ánimo sereno, descansado y hasta en trance zen para tomar las decisiones que más les convengan a la comunidad.

Así que no hay nada que criticar. Cualquiera entiende que el Gobierno andaluz hace lo correcto, lo que haría cualquier empresa que quisiera tener contentos a sus altos cargos. Por recordar el asunto: el delegado de Medio Ambiente, que tiene un sueldito de 46.530 euros al año, se embolsa además cada treinta días un plus de 1.357 euros en concepto de ayuda a la vivienda . Sí, 1.375 euros. Se da la circunstancia de este señor no es natural de la capital de la provincia, donde se encuentra el centro de poder y decisorio en el que está encumbrado. Y dormir a un paso de la sede de la Delegación parece importante, no vaya a ser que una crisis le pille lejos del puesto. No, no, no, este hombre no tiene por domicilio habitual Alaska, Berlín o Madrid, que están a un tirón, sino Lucena , la próspera localidad de la Subbética conectada con Córdoba por una autovía y que, depende del tráfico de camiones y de la hora a la que uno circule, se alcanza desde La Torrecilla en menos de cuarenta minutos. Está feo y es poco elegante pagarle a un directivo de la Junta el kilometraje, ese engorroso trámite reservado para los curritos. Así que ahí van los 1.357 euros como complemento, sin duda un concepto más acorde al mundo del bisnes y de la gestión pública.

Quien conozca a alguien que pague esa cantidad por su hipoteca o por su alquiler que levante la mano. Muchos, muchísimos cordobeses del lado duro e ingrato de la vida no llegan ni de lejos a esa cantidad en sus ingresos mensuales. En Córdoba, miles de padres -y madres- de familia darían lo que fuese por disponer cada día 1 de 1.357 euros para dar de comer a sus hijos y garantizarles un techo. Con esa suma no es que se pueda alquilar un inmueble en la ciudad, es que se puede vivir donde viven quienes más tienen y mejor les va. El delegado de marras -por no estropear el discurso paritario: hay una delegada que está en la misma situación aunque percibe un plus algo inferior- no se ha salido del guión a la hora de dar explicaciones: que la norma le da derecho a ese plus y que si otros compañeros de gabinete han renunciado al dinero es cosa suya. Osea, nuestra.

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