APUNTES AL MARGEN

El blando terreno de juego y el cogobierno de Córdoba

El equipo de gobierno de Ambrosio ha optado por las zonas líquidas para desarrollar su precampaña

La alcaldesa, delante de Nieto, este viernes en la Subdelegación del Gobierno VALERIO MERINO

RAFAEL RUIZ

El martes de la próxima semana, todos los interesados en la actualidad municipal de Córdoba —que a estas alturas no serán muchos— asistirán al debate de la aplicación de la legislación autonómica sobre memoria democrática, realizada sobre los restos del gran cambio efectuado por todos los alcaldes de la democracia desde 1979. Probablemente, si se cumplen todas las previsiones, será un Pleno bronco y desagradable donde toda disensión de la línea oficial será tildada de fascista en adelante. Así, supongo, se escribe la historia. Sobre grandes palabras que oculten la realidad notoria de que la política de pasar página no solo la inventó la derecha sociológica y política sino que fue parte de un consenso que arranca, también, de la política de reconciliación nacional del PCE, avanzada en junio del 1956, que establecía una frase por la que hoy acabarían algunos a pedradas: «Cancelar el pasado». La democracia nació antier. Circulen.

En dos semanas, culminará el último ultimátum —éste es el bueno, seguro que sí— elaborado por la Gerencia de Urbanismo para la interrupción de los procedimientos de quema de residuos en la empresa cementera Cosmos de los que se tienen noticias ciertas desde diciembre de 2016. El equipo del teniente de alcalde Pedro García ha reavivado una denuncia del pasado mes de julio presentada por Ecologistas en Acción. Los más versados en leyes de la casa municipal saben que la medida va a ser de difícil venta en los tribunales de justicia toda vez que tras tanta palabra publicada, la Junta de Andalucía que gobierna el PSOE sigue ampliando las autorizaciones medioambientales para la fábrica. La última de ellas el pasado mes de diciembre. Señales de humo administrativo para contentar a los fans ahora que la innovación del Plan General que iba a soluciarlo todo resulta que ha quedado olvidada en un cajón vaya usted a saber a cambio de qué trueque entre PSOE e IU.

«A Mayor Zaragoza ya le han dado órdenes estrictas sobre lo que tiene que decir hasta que le convenga»

En apenas unos días, comenzará la Cuaresma y volverá, seguro que volverá, la cuestión de la Mezquita, las cofradías y lo de la carrera oficial. Asuntos que, por arte de birlibirloque, desaparecieron del debate público. A pesar de algunas declaraciones que hacían pensar que el gobierno municipal corría el riesgo de partirse en dos si la alcaldesa se atrevía a poner los pies en una casa de hermandad. A Mayor Zaragoza ya le han dado órdenes estrictas sobre lo que tiene que decir hasta que convenga, probablemente cuando pase todo el lío de las procesiones de forma que se pueda llevar a cabo alguna acción que permita salvar la cara del acuerdo de investidura. Siquiera sea mediante un acuerdo plenario que exija formalmente al Gobierno del PP en Madrid, válvula de casi todo, que lleve a cabo reformas legislativas o acciones judiciales que, por supuesto, nunca hará. 

Y así con todo, resulta que el gobierno municipal ha optado por el «clickbait» político. Ese palabro es lo que utiliza la chavalada de internet para nombrar a esas noticias que se colocan en las ediciones digitales para que el lector pique y haga clic. Cuestiones que se encuentran más cerca del entretenimiento que de la información pura. Una banalidad para los que añoran los tiempos que retrata Spielberg en su celebrada «The Post», periódico que por cierto fue el segundo en publicar los papeles del Pentágono. Nunca el primero de los últimos recibió tanta atención gracias al cine.

«Esta corporación nos va a dejar una sucesión inabarcable de fuegos de artificio»

En vez de datos duros, contrastables y verificables, que se aferren a las líneas regulares de la gestión municipal, esta corporación nos va a dejar una sucesión inabarcable de fuegos de artificio. Comisiones de finalidad imposible (ayuda a domicilio), advertencias sobre nuevas estrategias que no se concretan (límites al uso de los apartamentos turísticos en el Casco), equipamientos y dotaciones que tardan la misma vida en desarrollarse (hagan ustedes la lista), una nueva política de vivienda (que, en resumidas cuentas, consiste en hacer lo mismo que se lleva haciendo veinte años). Hasta el parque de Levante, promesa estrella, se ha tenido que vender con una foto borrosa porque lo único que van a poner es el riego que se ha podido contratar con los dinerillos disponibles. No es de extrañar que la última propuesta sea la de dejar los jaramagos como elementos ornamentales. Lo que todo cordobés tenía en la cabeza. Aplauso cerrado.

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