Mayo festivo

Patios de Córdoba 2022 | Las flores que se abren en las calles silenciosas junto al Realejo

La ruta más corta del certamen es rica en vías pequeñas sin ruido de motores

Las mejores rutas para disfrutar de los Patios de Córdoba en 2022

Patios de Córdoba 2022 | Disfruta de las mejores imágenes que nos deja la presente edición

Una visitante en la calle Diego Méndez. En el vídeo, el patio de Santa Marta Valerio Merino
Luis Miranda

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Puede pasar tal vez alguna bicicleta o moto en cierto momento, pero en las calles por las que pasa la ruta Regina-Realejo , más de lo segundo que de lo primero, no hay aceras ni miedo a que los coches obliguen a pegarse a la pared.

La más corta de las propuestas del Ayuntamiento para los Patios de Córdoba 2022 es de lugares por los que se pasa sólo en esta época del año, al menos para muchos que viven lejos de la ciudad antigua, y abunda en esos caminos estrechos en los que están sus joyas .

Son calles para el silencio y la contemplación , como si el tiempo se hubiera detenido en un momento en que los humos, los cláxones y los motores todavía no habían irrumpido para ayudar y para lo que no es ayudar tanto.

Más que en ninguna parte pasa eso en Santa Marta , donde por segundo año la hermandad de la Misericordia se encarga de que luzca de flores el patio del monasterio de las Madres Jerónimas , que rezan dentro.

Surfinias, gitanillas y muchas especies castizas se desperdigan por las paredes y por los arriates, junto con objetos de cobre que recuerdan a los que ponía en sus cuadros Julio Romero de Torres en la Córdoba antigua.

Cuidado de las plantas en Pedro Fernández, 6 Valerio Merino

A pocos metros está el de la calle Pedro Fernández , donde Ana Balbuena se afana en cuidar y en explicar a los que la visitan el motivo por el que luce tan bien. Es un patio lleno de detalles , que este año ha recibido el premio de planta singular por la llamada alegría de la casa.

Allí están las amarilis , los geranios chinos, la suegra y la nuera y las hermosas azucenas que llenan un conjunto que se cuida todo el año y que luce con el mimo de aquello que está en sus días grandes de fiesta.

Por el camino del Realejo , que divide en dos la vieja Ajerquía, queda a un lado el de la calle Diego Méndez, sencillo y antiguo con sus viejas casas de vecinos en las que de vez en cuando aparecen quienes vivieron en ellas y miran las altas galerías.

Es también el momento de visitar el de la calle Pedro Verdugo , con el latido de la vida que se nota que sale de las habitaciones que están en torno al recinto, y por allí se puede caminar hacia la calle Escañuela.

El que tiene la Asociación de Amigos de los Niños Saharauis está entre los mayores y muchos recuerdan su larga galería de especies de colores y castizas hasta llegar a la amplitud del patio en sí, donde no hay nada que estorbe a la contemplación de la buganvilla y de la torre de San Lorenzo .

No hay ruidos que estorben a la contemplación de unos patios que son más que nunca colores, olores y vista de una ciudad casi perdida que reverde con sus plantas en los días en que media mayo con su fuerte primavera.

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