Paco Zurita emociona al Villamarta con su recorrido por la Pasión según Jerez

«Cristo, nuestro Redentor, / volvió a morirse de amor / en Jerez de la Frontera». Así concluía el inicio del pregón marcado por la profunda fe cristiana de quien lo pronunció. A través de las décimas encadenadas, sobre todo, y algunos pareados, versos libres y un romance final, Paco Zurita dibujó un recorrido por las escenas de la Pasión de Jesucristo. Y entre tanto, también saco espacio y tiempo para condenar algunas actitudes de los cofrades, valiéndose en algunos casos de algunos personajes de la propia Pasión como Judas.

Tras escuchar misa en la basílica de la Merced, desayunar en la casa hermandad del Transporte y recoger el pregón bajo el manto de la Virgen del Desconsuelo, Paco Zurita se dirigió junto a los miembros del Consejo al Villamarta. Antes de vaciarse ante el atril y de que se abrieran las pastas dando rienda suelta a sus versos, la Banda Municipal de Música de Jerez interpretó las tres marchas escogidas por el pregonero: «Mater Desolata», de Germán Álvarez Beigbeder y dedicada a María Santísima del Desconsuelo; «Estrella Sublime», de Manuel López Farfán y como guiño a Nuestra Señora de la Estrella, que será coronada canónicamente en el mes de octubre; y «Soleá dame la mano», de Manuel Font de Anta.

Su hijo, Juan Manuel Zurita, fue el encargado de presentar al pregonero. Lo hizo explicando su faceta personal, cristiana, cofrade y de padre de familia, así como de Hermano Mayor de los Judíos de San Mateo.

Zurita recordó a varios cofrades que ya partieron al Reino de los cielos, destacando, entre otros muchos, los sentidos poemas a Fernando, el eterno encendedor del palio de la Virgen del Desconsuelo; al poeta, pregonero y compositor Antonio Gallardo; al fotógrafo Diego Romero, pregonero gráfico de la Semana Mayor jerezana; a Manolo el Guardia o al vendedor de almendras de Santiago, cuyo encuentro con el Señor del Prendimiento tan bien recitó el pregonero.

Uno de los aplausos más intensos llegó cuando el pregonero dedicó otro poema a una niña que, si bien hace años los médicos no auguraban un buen futuro por su nacimiento tan prematuro, salió al escenario del Villamarta, sin ningún problema de salud visible de los que los sanitarios aseguraban que tendría, para ofrecer un ramo de flores a los pies de la fotografía de su Virgen del Valle. Un milagro de los que la ciencia no encuentra explicación, pues esta trasciende al mundo terrenal. Cuando la niña, también llamada Valle, salió al escenario, instante que se produjo justo tras el remate poético del pregonero, algunos de los presentes incluso tuvieron que secarse las lágrimas.

Remató Zurita su anuncio de la Semana Santa elaborando poéticamente un rosario en el que cada cuenca que hilvanaba representaba a una imagen mariana de la ciudad. La última, su Virgen del Desconsuelo, con la que cerró el pregón. Tanto esta dolorosa como el Señor de las Penas, titular cristífero de la Hermandad de la que el pregonero es Hermano Mayor, estuvieron presente a lo largo de todo el pregón.

Los aplausos a compás y la marcha real supusieron el colofón sonoro antes de que cayera el telón. En tan solo una semana, será Domingo de Ramos. Y a pesar de los siete días que distan para que salga la cruz de guía de la Borriquita -sin desmerecer la jornada de vísperas con la Hermandad de la Entrega y la A.P. de la Humildad de Barbadillo-, los cofrades pudieron cerrar los ojos en esta jornada de Domingo de Pasión y sentir muy cerca la Semana Santa a través de la voz de su pregonero, Paco Zurita.