Fernando Pérez: «Creo que la Semana Santa es mucho más que una horquilla; se tienen muchas más cosas que hacer y criticar cuando algo no va bien»

Diez años después de que su amigo y compañero de Canal Sur, inolvidable, Juan Manzorro, afrontara ese reto, Pérez asume la responsabilidad siendo consciente de lo que supone y a la vez con la fuerza y la seguridad de quien atesora sobrado conocimiento para tan noble labor. Aquel niño de la calle Ancha que descubrió la Semana Santa de la mano de su madre, doña Emilia, narrará ante todos esas historias de una vida, la suya, que de forma inapelable ha ido siempre unida a la Semana Mayor de su ciudad natal. Pérez, ya adulto, con esa determinación que desprende, con sus ideas y valores, y con su voz, inconfundible, serena y rotunda, activará en el Falla la definitiva cuenta atrás para una nueva Semana Santa de Cádiz.

-¿Cómo llega el pregonero a la cita del pregón?

-El pregonero llega con mucha ilusión, con mucha responsabilidad, con un reto básico de hacerlo bien y de intentar agradar a todo el mundo o a casi todo el mundo. Porque eso es imposible. Y bueno, eso sí, un poquito estresado y cansado porque esta es la época de mi vida profesional entre lo que viene antes y lo que se desarrolla ahora, que me mantiene con mucha hiperactividad. Entonces desde luego no llego en un momento descansado sino con mucho estrés. Vamos a decirlo así.

-Cuando le ofrecen hacer el pregón ya contaba con estas circunstancias... ¿Lo sopesa o directamente acepta?

-Estuve un par de un meses dándole vueltas al asunto por cuestiones profesionales, por cuestiones personales y también porque en cierto modo sabía la repercusión que iba a tener mi designación. Sabía que iba a contentar a unos y a molestar a otros. No me decido por eso, sino simplemente me decido porque el peso del ofrecimiento por parte de Juan Carlos Jurado, que como presidente del Consejo y como persona, me parece fundamental para aceptar el cargo. Es una persona que me ha ayudado a todo y por lo tanto me alegro haber aceptado esa responsabilidad. Y después, por la vinculación de los diez años del pregón de Juan Manzorro, que en cierto modo me veía no en la obligación, pero sí en el deber de estar ahí con esa petición. En cierto modo, yo insisto siempre, yo no tengo ninguna vocación de pregonero. Ni lo buscaba ni lo deseaba, sino simplemente era una situación que se dio y que asumo ahora, con vistas a unos días para el pregón, con responsabilidad y a la vez sabiendo lo difícil que es hacer un pregón. Y ya te lo puede decir alguien que lleva treinta o treinta y tres años en los medios de comunicación: es muy difícil hacer un pregón medio.

-Sabía efectivamente la repercusión que iba a tener su designación, ¿cómo explicaría esa circunstancia?

-Bueno, mira, es muy sencillo. Yo llevo treinta y tres años en la comunicación. Percibo cómo se mueven las cosas. Y después, por otro lado, llevo muchos años, más de cuarenta en la Semana Santa y sé lo que piensa la gente. También sé lo que he dicho. Mi forma de pensar no la he ocultado nunca. Entonces sé que la gente, hay un sector de la ciudad que no entiende o no comparte mi pensamiento cofrade, especialmente con el tema de la carga, como tú misma sabes, y por lo tanto sabía lo que iba a generar. No pensé que tanto. Pero iba a generar cierta polémica, que en cierto modo también pienso que es algo que el consejo muy inteligentemente ha hecho. Es decir, ha buscado una persona que no pase desapercibida y eso motiva que el pregón tenga bastante más repercusión.

-De hecho diría que en los últimos años se ha revitalizado el pregón de la Semana Santa de Cádiz, ¿lo ve usted así?

-Sí, yo también lo creo. Yo pienso que venimos de una etapa en la que los pregones pasaban a un quinto plano y donde venía gente a dar pregones que no habían visitado la Semana Santa de Cádiz. Y a nosotros, los cofrades de Cádiz de toda la vida, nos sorprendía. Curiosamente se da la circunstancia que el pregonero de este año es acusado, y lo digo con cierta ironía y mordacidad, de sevillano. Cuando realmente ha venido gente que no ha pisado la Semana Santa de Cádiz. Dicho esto, la vida tiene estos caminos, estos vericuetos y pues ahora mismo si el pregón y en este caso mi presencia sirve para revitalizar, pues yo encantado. Con todo el máximo respeto y cariño al trabajo que han hecho los pregoneros anteriores, que me vienen a la mente Vicente Rodríguez, Juan Mera, Jesús Devesa, por supuesto... Juan Manzorro, Toñi Martínez. Todos los que han pasado por el escenario en estos últimos años, en esta última década especialmente, sin olvidarme de ninguno. Pero bueno, todos ellos han sido y son parte de la Semana Santa de Cádiz. Por lo tanto, yo también me integro en esa reunión de cofrades que han hecho cada uno en su estilo, su forma de construir la Semana Santa que hoy en día tenemos.

-Ha dicho que le acusan de sevillano. ¿Por qué cree que no se aceptan opiniones distintas?

-Bueno, a mi me gusta ese juego y es verdad que soy provocador. Yo es que creo que hay que darle cordura a esto. Fundamentalmente, lo que le molesta a la gente es el tema de la carga. Bueno, a la gente, entiendo que especialmente al mundo de la carga, no a todos los cofrades. Yo siempre digo lo mismo, estoy en esos días yendo a funciones principales, a viacrucis, en la calle, en las iglesias... y todo es cariño y palabras de ánimo. ¿Qué ocurre? Que en las redes sociales se mueve otro mundo, un submundo que es el del menosprecio, el insulto, la descalificación. Y sobre todo entiendo que ahí hay cofrades que les gusta una forma de Semana Santa y otros que les gusta pensar que nosotros somos exclusivos. Y hay que recordar que la Semana Santa de Cádiz está fundamentalmente inspirada en la Semana Santa de Sevilla. Digo sus pasos, las marchas que nos tocan detrás de los pasos... Hay que pensar que a veces tenemos que ser consecuentes con lo que hacemos y con lo que decidimos. La Semana Santa de Cádiz también necesita reinventarse y las imágenes, el patrimonio, los pasos que se han hecho... eso está perfectamente hecho. Algunas cosas se pueden mejorar, pero lo demás hay que revitalizar. Y en el tema de la carga siempre digo lo mismo. Hay problemas para algunas hermandades y yo lo que dije y lo que sigo diciendo es que se podrían plantear o implementar otros sistemas de carga para mejorar y dignificar la forma de llevar los pasos. Simple y llanamente, en algunas hermandades. Ni digo que haya que quitar la horquilla, ni digo que haya que cambiar la forma de todos los pasos, sino que en algunos casos concretos se debería buscar otras soluciones, porque de momento los pasos no van bien en muchos casos. Y eso es una realidad que está a la vista de todos.

-Volviendo al pregón, a la elaboración del mismo, ¿le ha costado mucho hacerlo?

-Bueno ya he dicho que nunca pensé en un pregón. Lo que pasa es que tengo, al igual que te pasará a ti, a los periodistas, o los que hacemos radio o televisión, enseguida empiezas a pensar en una escaleta, una especie de guion de lo que puede ser el pregón. Y yo lo que he hecho es una especie de libro con su introducción, su prólogo, sus capítulos. Y ahí pues describo un poco cómo es mi Semana Santa, cómo ha sido mi Semana Santa y cómo es mi vida. Introduciendo elementos que le den a eso cierto aire de especial de radio. Porque para mí y en mi trabajo la Semana Santa es radio, así la he vivido. Por lo tanto, lo que vamos es a escuchar es la voz y son los sonidos de la Semana Santa. No hay imágenes, no hay nada más que lo que haya en el escenario y después lo que veremos es más bien el sonido, que es lo que he dicho... El olor a la Semana Santa, que para mí es fundamentalmente el incienso, también flores y después la visualización de lo que podamos ver allí. Si hay alguien que pueda sentir que está en la delantera de un paso de palio disfrutando de un momento mágico pues habré conseguido algo de lo que pretendía con el pregón.

-¿Cómo fue propiamente la elaboración del texto?

-Bueno, me coincidió en una época que primero estuve de baja un tiempo porque me tuvieron que operar de un pólipo que tenía maravillosamente colocado las cuerdas vocales, mi enfermedad profesional. Y después de eso y gracias al buen hacer de los otorrinos Miguel de Mier y Encarnación Ábalos, pues oye, conseguí que esto fuera de otra manera. Así que he tenido tiempo de pensarlo. He tenido tiempo de elaborarlo, eso sí, a retazos, porque tampoco me he podido centrar al 100%. Pero bueno, sí he podido hacer un pregón que lo que yo intento es que no se haga eterno ni largo ni tedioso. Yo pretendo que dure un poco más de una hora. A partir de ahí, si me demoro en mi exposición, intentaré que no, pero mi pensamiento es una hora y 15 minutos con algunos elementos que añadiré.

-Algunos elementos que se puedan desvelar...

-Van a sonar tres marchas procesionales de Cádiz que son Soledad, de Vera-Cruz, Lágrimas de Cubiles y Ecce-Homo de Escobar. Son las tres marchas que quiero que suenen en el pregón y que van a sonar con el anuncio del Consejo de Hermandades. Por lo tanto esa sería la introducción y después el resto, pues intentaré que sea lo más sorpresa posible, claro. El escenario lo diseñará Jesús Savona que es el mayordomo de mi cofradía Ecce-Homo, y en él habrá elementos de la hermandad y nada más. Este año pretendo y eso, bueno, te lo puedo decir como una novedad que el atril irá en el centro, no va a ir en un en un lateral. Eso se hacía antiguamente cuando se ponían las autoridades. Hoy en día la figura del pregonero o del pregón, mejor dicho, debería, en un acto de estas características, ser el epicentro de la escena. Y yo eso lo quiero cuidar también con esmero. De hecho estoy trabajando con los regidores del Falla, con Miguel Ángel Fuertes y con Benavides, gracias también a la colaboración del director, que es Pepe Bedoya y al trabajo de los tramoyistas. Entre todos vamos a intentar hacer un trabajo escénico donde la luz tendrá su importancia y donde la puesta en escena también.

-¿Está nervioso un pregonero como usted con tanta experiencia en esto de comunicar?

-Bueno, yo no quiero parecer tan sobrado. Es más fácil pero siempre digo que prefiero hacer un directo para un millón de personas en televisión y hacer mil programas de radio que ponerte delante de 800 personas. Eso es más difícil. Se supone que esa inquietud la tengo más que dominada pero tampoco quiero parecer sobradillo. La sensación que tendré es de dominar la escena y a partir de ahí, pues sentirme cómodo. Espero que lo más cómodo posible para poder transmitir el mensaje que también hay que interpretar, claro.

-Y en ese mensaje, Fernando, en ese recorrido por la Semana Santa me imagino que bueno, tendrán cabida todas las cofradías...

-Lo que haré es recordar todas las cofradías por las que he pasado, es decir, tanto en mi trabajo como en mi día a día, en mi vida cofrade. Entonces salen todas, claro, salen todas las que están en activo. Y bueno, pues también hacemos ese repaso de lo que ha sido una Semana Santa para mí ¿no? ¿De qué manera? Tanto personal como profesionalmente.

-Dentro de esas vivencias habrá un momento especial...

-A las personas que no están totalmente. Un recuerdo de las personas que ya no están con nosotros. Y es fundamentalmente, como ya imaginarás, pues familiares, compañeros de trabajo, amigos y la gente que ha hecho posible la Semana Santa de Cádiz. Los que ya no están ahora están.

-¿Y el mensaje principal que le gustaría que le quedara a quienes le escuchen?

-Pues mira, el mensaje principal es que es un pregón de Semana Santa hecho por un cofrade de Cádiz para Cádiz. Es un cofrade de Cádiz pidiendo que se pueda mejorar nuestra Semana Santa para que esté a la altura de la más importante, que es mi deseo, que es lo único que deseo desde que conozco otra Semana Santa. Siempre digo esto se podría mejorar aquí, esto se podría mejorar allí. Mi intención siempre ha sido la misma. Yo entiendo que el mensaje a veces algunos lo utilicen para decir que intento cambiar la Semana Santa, para imitar o para copiar a Sevilla. Bueno, ya tenemos los palios y todo lo demás. Siempre digo lo mismo, los pasos de palio en Cádiz no existían porque había paso de templete y cúpula y los palios de doce varales llegaban en los años 20. Y en el caso de los misterios, cada vez queremos los misterios más grandes. En resumen, que yo lo que quiero es que se mejore la Semana Santa de Cádiz y si es lanzando un mensaje de optimismo y sin ningún tipo de lecciones, pues mucho mejor. Yo digo lo que pienso en realidad. Lo que no quiero obligar a nadie a pensar lo que yo pienso, simplemente intento decir lo que pienso, lo que espero que no se me prohíba eso. El movimiento de un paso no tiene que ser un problema grave, pero hay cosas mucho más importantes de una hermandad. Por ejemplo, que El Huerto se quede en casa por motivos espurios... Oye, pues no he escuchado a ninguna agrupación en Carnaval decir una letra sobre eso. ¿Qué pena, no? Creo que la Semana Santa es mucho más que una horquilla, se tienen muchas más cosas que hacer y criticar cuando algo no va bien.

-Habla de mejorar la Semana Santa, ¿eso supone también mejorar en cuanto al respeto en los desfiles procesionales?

-Bueno, claro, eso. Pero es que eso no tiene discusión. El margen es absoluto de mejora. Siempre se puede mejorar. Lo que pasa es que también hay una falta de cultura cofrade en Cádiz que deberían impregnar las propias hermandades de alguna manera al ciudadano esa cultura. Las cofradías no pueden andar tan lentas porque la gente se aburre y se pone a comer pipas y cacahuetes. Las cofradías tienen que impartir más majestad en su andar. Hay que ser eficientes. No te puedes llevar con 100 hermanos con hábito diez minutos parado, porque eso a la gente le aburre. Entonces esa es la clave. Yo creo que es que tenemos que ir dando imagen de estética, que para eso también la Semana Santa, al fin y al cabo, es de algo que puede ser más serio y a partir de ahí, de los comportamientos humanos, como uno sabe, en todos los órdenes de la vida, eso no tiene arreglo. Pero bueno, la Iglesia tiene que hacer un esfuerzo cuando hay problemas como en El Huerto para arreglarlo, porque se supone que la Iglesia es parte de esa mediación universal. El Consejo creo que está siempre, con Juan Carlos, a la altura de las circunstancias y lo digo con conocimiento de causa. Hay algunos fallos, como no puede ser otra manera, y después el resto, pues entiendo que la Semana Santa hay que verla con decoro, con respeto y no debe ser un espectáculo sólo y exclusivamente, debe ser también una manifestación de fe religiosa donde tenemos que tener presente de quien va en los pasos y es la representación de Jesús Cristo, de María la Virgen y de Dios, que son las piezas más que fundamentales para la Semana Santa que organizan, recordemos, organizaciones religiosas a través de la Iglesia y que son manifestaciones de católicos, de cristianos, no de la peña x, por no decir una.

-¿Por qué hábito y no túnica?

-Yo siempre digo el hábito, la túnica también, pero utilizamos la palabra hábito. Me parece como más potente. Entiendo que se puede convivir tanto en un sentido como en otro. Lo contrario me parece un poquito, no sé si decir, provinciano. Enfadarse por utilizar palabras que algunos dicen que se dicen en Sevilla o en Jerez y tal. Estamos siempre con los mismos complejos y eso es lo que tenemos que evitar los gaditanos, nada más. Simplemente tenga en cuenta que la Semana Santa de Cádiz va a ser siempre la Semana Santa de Cádiz. No va a cambiar. Lleve costal, lleve molía... Es una Semana Santa que se hace en Cádiz, hecha por gaditanos y lo que se pretende precisamente es mejorarla.

-El sábado entiendo que dejará el pregón en San Pablo...

-Efectivamente a los pies de Angustias. Tendré una agenda intensa ese día que terminaré allí y el domingo por la mañana lo que voy a hacer es ir al Carmen, donde me recibe la archicofradía de la que es hermano mayor nuestro compañero Pablo Durio que será quien me presente. Voy allí porque de pequeño salí en El Carmen con pantaloncitos cortos con mi hermano y tengo cierto cariño especial a la hermandad y devoción a la Virgen. Por supuesto, después iré a San Lorenzo a visitar a la Virgen de la Caridad de las Penas porque fue mi primer pregón. Después recogeré el pregón en San Pablo y ya iré hacia el Falla.