Ana Julia Quezada, a un paso de la prisión permanente

El jurado considera culpable de asesinato con alevosía a la autora confesa de la muerte del niño Gabriel

La asesina sale esposada después de escuchar el veredicto del jurado popular EP

Raquel Pérez

Por unanimidad, y sin ningún tipo de duda, los miembros del jurado popular del juicio contra Ana Julia Quezada, autora confesa del crimen de Gabriel Cruz, la declararon ayer culpable por un delito de asesinato con alevosía. En su veredicto, además, dieron por acreditadas las lesiones psíquicas y morales que padecen los padres del niño, Ángel y Patricia.

La magistrada del juicio, Alejandra Dodero, tiene ahora que redactar la sentencia que condenará previsiblemente a Quezada a prisión permanente revisable tal y como solicitaron la fiscal y el abogado de la acusación. Por su parte, la defensa pidió para su patrocinada «la pena que establece el código penal». Será la primera mujer que reciba en España esta máxima condena tras la reforma legal de 2015.

Las siete mujeres y dos hombres que han conformado este jurado determinaron que Gabriel confiaba en Ana Julia, por ser una persona ligada a su entorno familiar y no tuvo capacidad de defenderse ni reaccionar tras ser lanzado contra el suelo o una pared de forma intencionada, súbita y repentina el pasado 27 de febrero de 2018 en una finca en Rodalquilar (Níjar). Ha quedado probado el informe de los forenses que practicaron la autopsia y que indica que, tras el impacto del niño, Quezada con sus propias manos tapó sus orificios respiratorios con fuerza y provocó su fallecimiento por asfixia mecánica por sofocación.

No sollozó

Los padres de Gabriel, Ángel y Patricia, así como otros familiares, estuvieron presentes en la lectura del veredicto, atentos a cada uno de los puntos que se fueron aprobando. Ana Julia con manos entrelazadas, cabeza alta y mirada baja , apenas se inmutó, no sollozó ante las palabras del jurado, solo en algunos momentos hizo movimientos de negación con su cabeza mientras escuchaba el veredicto.

El jurado popular ha declarado culpable a Quezada de dos delitos de lesiones psíquicas sobre Ángel y Patricia, así como de atentado por la integridad moral con respecto a ellos por el comportamiento que tuvo durante los días de búsqueda del niño. «Hoy lo vamos a encontrar, hoy va a aparecer, le vamos a dar coca-cola….el niño me dijo esa mañana que quería llamarte y le dije que a la tarde cuando llegara su padre», llegó a decirles la asesina de Gabriel, simulando estar compungida y dando ánimos que generaron falsas expectativas.

Sin ensañamiento

En cuanto al enseñamiento, el jurado ha rechazado que Ana Julia aumentase de manera deliberada el sufrimiento del niño y rechazó que hubiera pruebas que respaldaran que le golpeara dejándolo aturdido «entre 45 y 90 minutos» para después taparle la boca y la nariz para asfixiarlo. Sin embargo, si ha aprobado la alevosía por existir una superioridad física respecto del niño que pesaba 24 kilos y medía 1,30 metros.

El veredicto rechaza que Quezada confesase los hechos cuando fue sorprendida con el cadáver de Gabriel en el maletero de su coche el 11 de marzo de 2018, de acuerdo con el testimonio de los agentes de la Guardia Civil que la detuvieron y afirmaron que no colaboró con el fin de esclarecer los hechos. También se niega que cometiera el crimen presa de la ira porque el menor de dijera «fea, negra» o «vete a tu país, yo quiero que mi padre esté con mi madre», como ella misma declaró.

Para el jurado, Gabriel era «un niño noble, educado y extrovertido»

Para el jurado, Gabriel era «un niño noble, educado y extrovertido», tal y como declararon sus padres y el psiquiatra Martín Murcia. Considera poco factible que dijera esas expresiones, además de que «no son motivo suficiente para tan trágico desenlace». También ha dado por probado que Quezada utilizó un hacha para seccionar parte de una mano del pequeño para enterrarlo en la pequeña fosa que ella misma cavó en la finca de Rodalquilar.

No han pasado por alto, la participación de Ana Julia en la multitudinaria manifestación que se celebró el 9 de marzo en Almería capital en la que Ángel y Patricia pidieron públicamente que se le devolviera a su hijo. La asesina portó una camiseta con la foto del niño con la leyenda «Todos somos Gabriel ». Este hecho se ha considerado una humillación a la madre del pequeño «a la que odiaba», teniendo en cuenta también la llamada de teléfono en la que Quezada la llamó «hija de puta». No hay dudas sobre la intención de distraer a los investigadores en la búsqueda del niño, colocando una camiseta en un cañaveral en Las Negras. Tampoco hay inseguridad sobre la posibilidad de que Ana Julia tuviera sus capacidades mermadas por la ingesta de ansiolíticos, ya que, aunque tuviera pastillas en su mochila no se ha probado que las consumiera.

El abogado de la acusación, Francisco Torres manifestó su satisfacción con el veredicto, a pesar de los problemas y dificultades que a su juicio se sucedieron durante las jornadas de la vista oral. La defensa de Quezada, liderada por Esteban Hernández, anunció que recurrirá el fallo debido a cuestiones técnicas que no comparten.

La insolvencia de Quezada

La fiscal solicitó además 200.200 euros de costas por el dispositivo de búsqueda y una responsabilidad civil valorada en 300.000 euros a cada uno de los padres, más 85.000 euros respectivamente por lesiones psíquicas y gastos médicos, añadiendo otros 160.000 euros para los daños causados a la abuela de Gabriel con quién estaba el día de su desaparición. En este sentido, la acusación mantiene una petición de 250.000 euros para Ángel y Patricia, al mismo tiempo que la defensa aseguró que tiene acreditada la insolvencia de Quezada para hacer frente a estos pagos.

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