SUCESOS

Dejan en libertad a los condenados por el crimen de Costacabana

El TSJA, que no ve en el incidente quebrantamiento de la medida de alejamiento, adopta esta medida mientras se resuelve el recurso de apelación

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Baldomero S. G. y su hijo Francisco Miguel S. F., condenados por la Audiencia Provincial de Almería, a 26 y 22 años de prisión, respectivamente, como presuntos autores del tiroteo mortal registrado en la barriada almeriense de Costacabana en julio de 2012 que puso fin a la vida del hermano y un sobrino del principal sospechoso, han sido puesto en libertad provisional. La decisión ha sido adoptada por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) mientras se resuelven los recursos de apelación interpuestos por los condenado por homicidio por el jurado popular.

En un principio la Audiencia decidió dejarlos en libertad tras ser condenados, pero dos semanas después decretó su ingreso en prisión al registrarse «enfrentamientos con los hijos y hermanos de las víctimas» pese a la existencia de una medida de alejamiento de 100 metros impuesta por la sentencia condenatoria.

Y ello porque los allegados de los fallecidos se encontraron con los condenados a las puertas de la sede de la Agencia Tributaria de Almería de forma accidental.

La Audiencia, tras el fallo del jurado popular, condenó a Baldomero S.G. Con la pena de 13 años por la muerte de su hermano, al concurrir la agravante de parentesco, y de 12 años por el homicidio de su sobrino, a lo que suma 12 meses de cárcel por un delito de tenencia ilícita de armas. A Francisco Miguel S. F. le condenó a penas de 11 años por cada uno de los dos crímenes y a José S. F., a dos penas de diez años de prisión.

Los miembros del jurado consideraron probado que el 27 de julio de 2012 tuvo lugar una disputa entre condenados y víctimas en el interior de un pub de propiedad familiar por «diferencias en la administración» y que esta dio lugar a que el hermano de Baldomero S. G., posteriormente abatido a tiros, requiriese la presencia de la Policía Nacional. Por unanimidad, concluyó que Baldomero S.G., con intención de acabar con la vida de su hermano y de su sobrino, se dirigió a su domicilio, contiguo al de ellos, y una vez allí «sacó las armas de fuego» propiedad de sus hijos y «cargó la munición».

«Esperó a que llegaran a su casa y, tras situarse en la acera de enfrente empuñando el revolver de José, procedió a disparar con el revolver». Cuatro de los tiros impactaron contra su hermano, dos de ellos mortales de necesidad al alcanzar el cráneo, mientras que su sobrino sufrió otros dos impactos «que le atravesaron y provocaron gravísimas lesiones, afectando a órganos vitales». Por su parte, su hijo Francisco Miguel «comenzó a disparar entre dos vehículos estacionados». José actuó como cooperador necesario «ya que sacó el revolver que uso Baldomero de la caja fuerte de la que solo él tenía la llave y cargó el arma».

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