Almería

Solo un 2,5% de la población denuncia un exceso de ruido en su ciudad

El tráfico, obras o recogida de basura son algunas de las causas que provocan contaminación acústica en las poblaciones

La recogida de basuras es una de las causas de contaminación acústica en las ciudades. ABC

R. Pérez

La mayoría de los andaluces consideran ruidosa su ciudad, a pesar de ello solo un 2,5% de la población que nota ese exceso de ruido decide denunciarlo. El estudio sobre la contaminación acústica en Andalucía realizado por la Fundación Unicaja y la Universidad de Almería pretende que sus conclusiones puedan servir de base para la intervención sobre uno de los factores ambientales que provoca más problemas de salud según la Organización Mundial de la Salud.

El tráfico, las obras en la vía pública o la recogida de basura son algunas de las causas que provocan contaminación acústica en las poblaciones. La percepción subjetiva del ruido ha sido el enfoque novedoso que hay guiado la investigación. Las conclusiones arrojan datos tan reveladores como que casi tres cuartas parte de los andaluces opinan que viven en una ciudad ruidosa y más de la mitad reconoce que eso le afecta negativamente.

La perturbación del sueño y el descanso es la principal consecuencia a la que apuntan. Uno de los datos curiosos que se desprenden del estudio es la gran diferencia entre la sensación de molestia del ruido antes y durante la pandemia. Mientras que el 60,2% de los ciudadanos manifestó algún grado de molestia importante antes de la crisis sanitaria, solo un 1,9% lo sintió en todo momento durante ésta.

Casi la mitad de los andaluces considera que la contaminación acústica no está en la agenda política. Cuestionados por el futuro, un 20,7% de los encuestados cree que el ruido urbano se mantendrá como en la actualidad y un 34,4% sostiene que aumentará.

Sobre el control que se lleva a cabo de la contaminación acústica, el estudio indica que los ayuntamientos de ciudades andaluzas con más de 40.000 habitantes tienen ordenanzas municipales que regulan la emisión de ruidos y que las ciudades de más de 100.000 habitantes tienen también mapas de ruido para localizar las fuentes de ruido. De los mapas de ruido interpretados se ha deducido que la contaminación acústica se concentra en los centros de las ciudades por la gentrificación comercial y de ocio. En las zonas residenciales el foco de ruido principal es el tráfico rodado.

Entre las propuestas de mejora en el ámbito privado, el estudio apunta a la necesidad de evitar los desplazamientos en vehículos a motor; controlar el volumen de los televisores y evitar el uso de electrodomésticos en horario nocturno, así como aislar ventanas, puertas y paredes.

En el ámbito jurídico, propone la necesidad de establecer reglamentaciones a nivel de ruido ambiental (específica y global); ordenanzas reguladoras del ruido obligatorias en ciudades de más de 10.000 habitantes ; la idoneidad de que todas las ciudades tengan su propio mapa de ruido; establecer estrategia de ruido y métodos uniformes para su medición; expender certificados de emisión sonora para las fuentes de emisión de ruidos y resolver la lentitud en la gestión de las denuncias.

Por último, en el ámbito de la gestión apela a la necesidad de crear figuras profesionales que se encarguen del medio ambiente; establecer una red de relaciones competenciales entre administraciones y policía local para la vigilancia en materia de ruido; sumarse a proyectos y estudios para la lucha contra el ruido; renovar la flota de autobuses a la modalidad eléctrica y peatonalizar centros históricos con actividades de ocio para la descongestión del ruido.

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