Froome (izq.), Valverde (centro) y Contador, durante la octava etapa entre Lleida y Andorra. / Reuters
La Vuelta a España está viviendo unas etapas históricas, porque histórico es que tres de los cuatro mejores ciclistas españoles para pruebas por etapas del mundo, en estos momentos, coincidan en la carrera y estén al frente de la general. Solo falta Samuel Sánchez y, puestos a pedir, Óscar Freire, este último para otros menesteres. Tenerlos a todos sería uno de esos lujos que el ciclismo te regala muy de vez en cuando. No es normal que en las carreteras de la Vuelta se junte tanto talento y que encima den la cara, propongan espectáculo y ganen.
La contrarreloj.- Por orden cronológico, en las dos semanas que le quedan a la Vuelta para llegar a Madrid, lo primero que llega es la contrarreloj de 40 kilómetros el miércoles. Es una crono especial, una distancia importante y con un puerto de tercera en el trazado. Normalmente debería de ser una jornada en la que se produjesen diferencias. Hay muchos especialistas que dicen que no se van a producir tantas como podrían esperarse.
Los favoritos.- Lo normal es que Chris Froome les meta tiempo a Joaquim Rodríguez, Alberto Contador y Alejandro Valverde. Lo normal, siempre y cuando estemos hablando del mismo Froome que vimos en la Vuelta a España del año pasado, en el Tour de Francia de este año o en los Juegos Olímpicos de Londres. Hacer dos grandes al mismo nivel en la misma temporada es algo que no ha conseguido nadie en los últimos años. Podríamos citar a Contador, que en 2011 ganó el Giro y fue quinto en el Tour. Meterse en el podio es una cuestión diferente. El Contador que hemos conocido antes de la sanción no estaría muy lejos de él, sino que podría ganarle. Lo que no sabemos es el Contador que está corriéndola Vuelta. Ha hecho movimientos extraños en Arrate, en Montjuic. ¿Ansiedad? ¿Necesidad de dejarse ver? ¿Falta de confianza? Lo vamos a ver en pocos días. Joaquim Rodríguez y Alejandro Valverde son inferiores a Froome y Contador, pero las conjeturas hay que verlas en la carretera.
La alta montaña.- La Vuelta ha tenido hasta el momento cuatro finales en alto. No se puede obviar que la única ascensión con un cierto tufillo de verdadera montaña ha sido la de La Gallina, en Andorra. Las demás llegadas en subida han sido en finales explosivos, emocionantes. En los pocos segundos que se han ganado en los cortes, la mayoría de la veces, han estado en juego las bonificaciones. La verdadera montaña llegará este fin de semana, con los finales en Los Ancares, Lagos de Covadonga y Cuitu Negru. Ahí sí que los verdaderos escaladores, Froome y Contador, estarán en su terreno. Sí ambos consiguen encontrarse a su máximo nivel, la carrera tomará otro rumbo. El terreno que van a pasar, las llegadas, son verdaderamente para que haya minutos de diferencia.
‘Purito’ y Valverde.- Lo deben de pasar mal en esas cumbres. Es cierto que Joaquim Rodríguez ha subido montañas mucho más duras en Italia, en un Giro en el que ha sido segundo y donde mostró un gran nivel. Lo perdió en la contrarreloj final frente a Hesjedal. Ni Contador, ni Froome estaban en ese Giro. Valverde se defenderá, pero sufrirá. La Vuelta se jugará en ese terreno. Siempre les quedará, a todos, La Bola del Mundo, pero para entonces el podio debe de estar totalmente perfilado.
Los equipos.- La labor de los equipos va a resultar decisiva en las jornadas más duras. Hay tres formaciones que son superiores al resto: Katusha, Movistar y Sky. Saxo Bank tiene menos efectivos para arropar a Contador, aunque a la hora de la verdad lo que cuenta es el líder, que se puede aprovechar del trabajo que hagan otras formaciones. Katusha cuenta, además de con el líder, con Denis Menchov, Dani Moreno, Pavel Brutt, Losada o Vicioso. Es un grupo muy fuerte. No hay que olvidar que el año pasado, en la victoria de Juanjo Cobo, estaban Menchov y Sastre detrás de él. Esa experiencia vale mucho. Movistar tiene corredores como Cobo, Erviti, Castroviejo, Intxausti o Nairo Quintana. A Valverde no le faltan mimbres. Froome es quien va a disponer de mejores escaladores a su lado: los colombianos Urán y Henao, además de Richie Porte y Xabier Zandio. Nos queda el RadioShack, que contará con Paulinho, Dani Navarro, Jesús Hernández como mejores armas para contrarrestar a sus rivales. Lo primero, claro está, es que los líderes funcionen.
Otras alternativas.- ¿Hay vida después de esos cuatro nombres? Normalmente debería de haberla. Rabobank mantiene a tres corredores entre los diez mejores: Gesink, Ten Dan y Mollema. En esta Vuelta no da la impresión que vaya a funcionar lo que sucede en las carreras de tres semanas: que se corra por eliminación. Tienen complicado el camino para seguir escalando posiciones en la general. No les va a resultar fácil desbrozarlo. Dani Moreno, Igor Anton y Nicolás Roche no son inferiores a ellos. Eso sí, las contrarreloj les penalizará a muchos. Ninguno parece una alternativa seria para poder ganar la Vuelta y lo de colocarse en el podio tampoco les va a resultar nada fácil.
Estados físicos.- La realidad de toda carrera ciclista está marcada por dos situaciones: la de los nombres y su valor real en el momento en el que corren la prueba, su estado físico. Y curiosamente, ese apartado es el que más incógnitas despierta. Los cuatro primeros de la general tienen argumentos en contra para poder ‘sospechar’ del nivel físico que atesoran, por razones muy diversas. Todo el mundo espera que Contador vaya a más. Sería lo normal, pero nadie, ni él mismo, sabe cómo le puede afectar el parón entre enero y agosto. Seis meses sin competición para meterse prácticamente de lleno en una Vuelta a España es mucho tiempo. Valverde tiene el mismo problema, solo que elevado a dos años, a lo que se une una temporada muy larga, desde enero, con Tour y Vuelta encima. Demasiado castigo para estar fresco. Froome estuvo en el Tour al máximo nivel. Igual no habría ganado a Wiggins si hubiera tenido libertad total o quizá tampoco hubiese estado tan arriba en otro equipo. Ninguno de los favoritos tiene una seguridad total en sus posibilidades.
Carrera muy marcada.- Las nueve primeras etapas de la prueba han dejado en evidencia las diferencias que hay en el WorldTour a la hora de la composición de los equipos. No hay ninguno capaz de hacer las tres grandes a tope. Resulta imposible y más, si no se tiene un líder sólido. Movistar ha ganado tres etapas, dos con Valverde y la crono por equipos, Katusha, una, con Joaquim Rodríguez. y el resto se lo reparten BMC (Gilbert), Orica (Simon Clarke) y el Argos (Degenkolb), con otros tres triunfos. De las veintidós formaciones que hay en la prueba, diecisiete no han logrado ninguna victoria. En ese grupo están el Saxo Bank (Contador) y el Sky (Froome). Hay demasiados equipos que por diversas razones están al margen de lo que pasa en la carrera, sin ningún hombre para la general, –lo que puede ser entendible–, y que tampoco buscan escapadas, lo que se entiende menos.
Ningún descubrimiento.- Lo que no ha hecho la Vuelta hasta el momento es descubrir algún nuevo valor, salvo la confirmación de John Degenkolb en una gran vuelta, aunque lo cierto es que no ha tenido muchos rivales, lo que no quita ningún mérito a sus triunfos. Si miramos la general, la situación cambia bastante. Todos los que están en los diez primeros lugares son ciclistas que ya se han dejado ver en otras carreras. Con la llegada de la alta montaña esa situación sufrirá variaciones, que no parece que vayan a resultar drásticas.
Solo dos ganadores de una grande.- Una de las situaciones que más llama la atención entre los quince primeros de la general -se podría ampliar hasta los veinte-, es que solo hay dos corredores que saben lo que es ganar una prueba de tres semanas: Alberto Contador, que ha ganado seis, -al menos para él-, y Alejandro Valverde, que tiene una Vuelta a España. Los demás desconocen cómo se gestiona una carrera de este tipo. Es un detalle que no deja de tener sus trascendencia.
