ESPAÑA
Siete de los pueblos más bonitos de Asturias para pasar un verano fresquito
Desde Cudillero a Tazones o Cangas de Onís, estas son algunas de las villas más bonitas de obligada visita en una ruta por el Principado
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Para aquellos que buscan un viaje de relax y desconexión y que huyen del calor más sofocante... Asturias siempre es buena idea Vital, acogedora y deslumbrante si miramos a sus paisajes y a sus pueblos. Es naturaleza en estado puro, gastronomía de primer nivel e historia. Aquí se viene a darse un chapuzón en sus más de doscientas playas, a descubrir su rico patrimonio, a empaparse de su cultura, a disfrutar del turismo activo y a recorrer sus coquetos pueblos, que son muchos. Recoger los más bellos para enlazar en una ruta puede resultar complicado, pero optar por estos siete puede ser un buen comienzo.
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Cudillero
Situado a unos 45 minutos en coche desde Oviedo está Cudillero , un pueblo declarado Conjunto Histórico Artístico que parece de anuncio. Este destino es tan especial que incluso cuenta con su propia lengua, el pixueto. Sentarse en su mágica plaza de La Marina –su estampa más fotografiada–, pasear por sus coquetas calles y admirar sus casas de colores, asomarse a los vertiginosos acantilados que lo rodean a través de sus miradores más famosos, como el de la Atalaya , visitar la capilla del Humilladero , el edificio más antiguo del pueblo -que tiene su origen en el siglo XIII-, admirar el Palacio de Selgas , un espléndido conjunto del siglo XIX conocido como ‘el Versalles asturiano’, y, por supuesto, darse un homenaje con una comida marinera acompañada de una sidra después de recorrer su puerto son algunos de los planes imprescindibles para apuntar en la lista.
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Cangas de Onís
Enclavado a los pies de los Picos de Europa y en el valle que forman los ríos Sella y su afluente, el Güeña, Cangas de Onís es una puerta abierta a la naturaleza y la historia. Declarado Monumento histórico-artístico, su puente romano con su Cruz de la Victoria colgante es uno de los puntos más fotografiados de Asturias. Visto esto se puede pasear por el Parque de la Casa Riera , donde está, en un edificio de arquitectura indiana, la Oficina de Turismo. Muy cerca de aquí está la iglesia de Santa Cruz , que construida en el 737 sobre un dolmen que data del 4.000 a.C. se cree que es el primer templo cristiano que se construyó en Asturias tras la reconquista. Después de recorrer a pie su casco histórico hay que hacer una parada en la iglesia de la Asunción , que sorprende por su campanario de tres pisos escalonado, y en la plaza del mercado , presidida por el Palaciu Pintu del siglo XVII, donde cada domingo desde más de 200 años es día de mercado.
La visita a este rincón no estará completa hasta que no se haya visitado el Santuario de Covandonga, formado por la Santa Cueva y la basílica de Santa María la Real de Covadong a , y los lagos de Covadonga, donde se puede realizar una ruta circular para descubrir a fondo este increíble paisaje montañoso.
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Lastres
Encajonado entre el mar y la montaña, en el concejo de Colunga, está Lastres , uno de los pueblos que ostenta el reconocimiento de los más bonitos de España. Toda visita comienza en su puerto de pasado ballenero, protegido del fuerte oleaje por un largo espigón. Visto esto es momento de echarse a andar hacia su casco antiguo de calles empedradas. Aquí el visitante podrá admirar palacios y casas blasonadas que se entremezclan con sencillas viviendas de pescadores. Entre sus imprescindibles están la capilla del Buen Suceso , un templo del siglo XVI que destaca por un antiguo retablo barroco, la Torre del reloj , construida en el siglo XV para el control y vigilancia del puerto, y la iglesia de Santa María de Sábada , templo del siglo XVIII que mezcla los estilos barroco y neoclásico. Además, para obtener las mejores vistas de este destino hay que subir al mirador de San Roque y si el tiempo lo permite disfrutar de la playa de El Escanu.
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Llanes
El pueblo de Llanes es uno de los destinos turísticos de esta provincia por excelencia. Pasear por su casco histórico, declarado conjunto histórico-artístico y bordeado por una muralla del siglo XIII, permite ver el torreón de Llanes , numerosos palacios y casonas de los siglos XVI y XVII, como el Palacio de los Duques de Estrada y el de Gastañaga, y la basílica de Santa María . También llamará la atención del visitante la numerosa y bellísima arquitectura indiana diseminada por toda la villa. Algunas de las casas más bonitas se concentran a ambos lados de la Avenida de la Concepción, como Villa Parres , famosa por aparecer en la película de El Orfanato.
Una ruta por este pueblo no está completa sino se recorre el Paseo de San Pedro , un sendero que bordea los abruptos acantilados y desde donde se obtienen las mejores vistas de la costa asturiana. Así mismo hay que visitar su pintoresco puerto, en el que se encuentra la escultura de ‘los Cubos de la Memoria’ , una obra de Agustín Ibarrola que sirve como rompeolas en el espigón.
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Tazones
Declarado conjunto histórico, Tazones es un pequeño pueblo marinero cargado de historia situado en el municipio de Villaviciosa. Fue aquí cuando en 1517 desembarcó por primera vez en tierras españolas el emperador Carlos V, de ahí que cada mes de agosto los vecinos recreen este hecho histórico en una fiesta declarada de Interés Turístico. La mejor forma para descubrir este coqueto rincón asturiano es a pie, paseando por su barrio de San Miguel , repleto de casas de pescadores con puertas y ventanas de colores y por el barrio de San Roque , donde destaca su famosa Casa de las Conchas , uno de los puntos más instagrameables de todo el pueblo. El paseo debe continuar por su puerto, donde las capturas que llegan son subastadas en su lonja y en donde sentarse en uno de sus restaurantes a degustar exquisitos mariscos y pescados. No hay que perderse tampoco su faro , uno de los mejor conservados del litoral asturiano, ni los yacimientos de huellas de dinosaurios que se hallan en su costa.
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Taramundi
Entre montañas y valles, rodeado de una espectacular naturaleza, está Taramundi , un pueblo de costumbres y oficios tradicionales y todo un referente en el turismo rural español con el Hotel La Rectoral como símbolo de esa transformación socio-económica de la zona. Esta villa es conocida en el mundo entero por el arte de la cuchillería, que puede observarse en la Casa Museo de la Cuchillería , donde está la navaja más grande del mundo, o verse en vivo en algún taller. Más allá de esto hay que visitar Os Castro s , que situado en la parte baja del pueblo es uno de los castros más importantes de Asturias fundado durante la Edad de Bronce. El recorrido por esta zona sigue por las afueras, donde se ubican O Mazonovo , el mayor museo de molinos de España –con 19 en total–, el Museo Etnográfico de Os Esquíos , que muestra una recopilación de gran interés cultural de utensilios y herramientas de un caserío de la comarca, y el Conjunto Etnográrico de Os Teixóis , que data del siglo XVIII y está basado en el aprovechamiento integral de la energía hidráulica del río. Además, los amantes de la naturaleza pueden realizar la ruta del Agua en la que se descubre A Salgueira, una cascada de 50 metros de altura situada en un idílico paisaje verde.
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Luarca
La villa marinera de Luarca , la más blanca de toda la costa asturiana, es otra de las paradas fundamentales en una ruta por el principado. Conocido por ser el lugar de procedencia de Severo Ochoa , Premio Nobel de Medicina –del que se puede visitar la casa natal y la exposición permanente dedicada en la Oficina de Turismo–, este pueblo ofrece grandes atractivos, como su puerto, el Parque de la Vida , donde conocer mejor el planeta Tierra, el espacio y el mar en un recorrido de casi dos kilómetros, y los jardines de la Fonte Baixa , considerados como el botánico privado más grande de España. Además, hay que pasar por uno de sus siete puentes que salvan el río Negro, con el del Beso a la cabeza, visitar su cementerio, uno de los más bellos del Cantábrico por sus espectaculares vistas al mar y admirar el monumento de la Mesa de los Mareantes , en el que los antiguos marineros debatían sobre la conveniencia de salir al mar en función de las inclemencias meteorológicas. El faro, la ermita Blanca , situada justo al lado, el barrio pesquero de estrechas y caóticas calles de El Cambaral y el mirador del Chano completan la lista de imprescindibles.
