Wiggins dejó claro que si corría el Tour, trabajaría para Froome
Si le preguntas a un periodista inglés el interés que despierta Chris Froome en Inglaterra te puedes encontrar con una respuesta que te sorprenderá. Interesa el Tour, interesa Froome, pero no es lo mismo que Bradley Wiggins, Sir Bradley, que es inglés, vive en Inglaterra y tiene un pasado brillante, con el récord de medallas logradas, siete, de todos los metales, junto al 'pistard' Chris Hoy, que tiene más de oro que él .
La primera diferencia que uno se encuentra, al margen del apartado deportivo, con el récord de preseas conseguidas, comienza por sus lugares de residencia. Froome nació en Kenia, vivió en Sudáfrica y ahora lo hace en Mónaco. Nunca ha estado en Inglaterra. Wiggins es menos sofisticado en ese apartado. Sigue cerca de su barrio de Kilburm, donde creció, entre obreros o empleados de oficina.
Cuando el equipo Sky decidió centrarse en el mundo de la carretera, al que llegó después de arrasar en la pista, el objetivo era ganar un Tour de Francia con un ciclista inglés. Solo tenían uno, Wiggins, y lo consiguieron, a lo que sumaron el título olímpico en la contrarreloj individual. Esos logros causaron sensación en la población inglesa: 53 millones de personas.
Wiggins es una enciclopedia viviente del ciclismo. Alasdair Fotheringham, enviado especial al Tour del diario 'The Independent', dice: «Si estás relajado con él puedes permanecer hablando horas de detalles como la zapatillas y los maillots que se usaban hace años, de la evolución de esas prendas, de nombres, de carreras. Ha seguido el ciclismo desde que era pequeño», explica.
Personalidades distintas
Froome ha estado mucho más aislado, en un país que no ha tenido grandes ídolos ciclistas, Sudáfrica, y cuyo profesional más conocido fue Rob Hunter. Cuando llegó al Tour, con el Barloworld, en 2008, el ciclismo de alto nivel fue para él un descubrimiento. Tenía 23 años, no había pisado Inglaterra -tiene pasaporte inglés desde hace cinco años-, y su primer Mundial como sub-23, en Salzburgo (Austria) lo corrió con una camiseta de Kenia, ¡que se fabricó él!
Sí tienen Wiggins y Froome un punto en común: proceden de familias humildes. En su casa no sobraba nada. Sky tuvo que pagar al Garmin la libertad de Wiggins, que le costó un millón de euros. Ahora cobra cuatro millones por temporada y es muy probable que nunca vuelva a ganar el Tour. No está dispuesto a tener que realizar los esfuerzos que hizo el año pasado para conseguirlo.
El carácter de Wiggins puede llegar a ser volcánico, colérico, mientras que Froome es una persona educada, correcta, muy equilibrada. Es difícil que se moleste por algo. Sky le ha renovado hasta 2016 y le paga cerca de dos millones de euros al año, una cantidad que puede incrementarse si termina ganando el Tour.
Froome tiene aficiones aparte del ciclismo. Le gusta bucear y está invirtiendo dinero en África, un continente que conoce bastante y en el que le gusta perderse, sobre todo en Sudáfrica.
Conoce bastante de la cultura africana. De su vida cuando era joven no se sabe mucho, salvo que sus padres se separaron y aterrizó en Sudáfrica sin conocer a nadie. Habla suajili, con un nivel de fluidez importante. Dicen que es un poco lobo solitario. Entre los periodistas ingleses corría una leyenda el año pasado que decía que preferían perder el Tour con Wiggins, que ganarlo con Froome. Que esa posibilidad era mucho mejor para el público inglés.
En este Tour no tienen esa posibilidad. Solo les queda ganarlo con Chris Froome.
