Los expertos en el Tour de Francia, periodistas que llevan muchos años cubriendo la prueba, excorredores y organizadores siempre han dicho que después del dominio ejercido por un ciclista durante muchos años, Anquetil, Merckx, Hinault, Indurain o Armstrong, hay un período de tiempo, más o menos largo, en el que la carrera está abierta a todo tipo de corredores, buenos ciclistas, por supuesto, que aprovechan la falta de un líder sólido para intentar ganar la prueba.
El Tour lleva así desde 2009, cuando Contador ganó su segundo Tour por delante de Andy Schleck y Bradley Wiggins. Le quitarían el tercero por dopaje. Desde entonces han aparecido nombres como los de Carlos Sastre, Andy Schleck, Cadel Evans, Bradley Wiggins o Chris Froome.
Ninguno de ellos ha podido ganarlo dos veces, lo que revaloriza todavía más lo que significa vencer en la prueba. ¿Froome puede ganar en más ocasiones el Tour? Con 28 años y el poco tiempo que lleva en el mundo profesional a alto nivel, seis temporadas, parece el más capacitado para poder hacerlo.
Lo mismo dijimos cuando Laurent Fignon sumó su segundo triunfo en 1984, a los 24 años, o con Jan Ullrich, que a los 23 años ganó el primero, e incluso de Alberto Contador, que se quedó en dos, aunque él sigue contando tres.
Se vuelve a hablar de cambio generacional, lo que tampoco es muy cierto porque la única novedad llamativa es la de Nairo Quintana, que sí puede ganar un Tour, siempre y cuando no se encuentre el mismo Froome de este año.
Ese será el reto del 'keniano blanco', volver al mismo nivel a la salida del próximo año, que será en Inglaterra. De los ciclistas que han faltado en esta edición, el único que tiene capacidad para meterse en la pelea del podio es el italiano Vincenzo Nibali. Y veremos.
¿Y Alberto Contador? Su único objetivo debe de ser recuperar el nivel, o parte de él, que tuvo hace unos años. ¿Lo conseguirá? Hay que confiar en que lo haga porque Purito Rodríguez tiene 34 años, Samuel Sánchez, 35, Alejandro Valverde, 33 y Contador cumplirá los 31 en diciembre. Y en el Tour se pasa de un año a otro del cielo al cadalso, sin término medio.
