Boicot a Rusia en el MWC: «Va a utilizar la tecnología del mundo para la guerra informática y la real»
Un grupo de ciudadanos ucranianos y de otros países del Este se han colocado hoy a las puertas de la Fira de Barcelona para solicitar a las compañían que no proporcionen ni consuman tecnología del país gobernado por Putin
Los países que están enviando armas a Ucrania
El Mobile World Congress de Barcelona no vive de espaldas a la invasión de Ucrania . Un grupo de unas diez personas procedentes del país y de otros estados del Este se han colocado hoy en la entrada de Fira para solicitar el boicot de las tecnológicas a las empresas rusas . «Queremos dirigirnos a las compañías más importantes del mundo para pedir que corten la tecnología alta a Rusia. Un país que la va a utilizar en una guerra informática, pero también en la guerra real», explica en conversación con ABC Pavel, un bielorruso que lleva residiendo en España desde hace unos 20 años.
Pavel lamenta, además, la situación de su país como aliado del Kremlin. Se refiere a este llamándolo «estado ocupado por Rusia» y afirma que está presente a las puertas de la feria con el objetivo de mostrar su apoyo «a los compañeros ucranianos».
Entre las pancartas que portan, se puede ver un par en las que aparece el logotipo de la empresa de ciberseguridad rusa Kaspersky , una de las pocas del estado que ha acudido a la presente edición del Mobile con su propio stand. La firma tenía una rueda de prensa programada en el contexto de la feria para este martes 1 de febrero; sin embargo, ayer se vio forzada a cancelarla «debido a las cancelaciones y/o interrupciones del tráfico aéreo, y a la imposibilidad del equipo de Kaspersky para llegar al MWC», según informó en un comunicado remitido a este periódico.
«Kaspersky es una empresa rusa que tiene muchas conexiones con el régimen del Kremlin. Podemos decir, de facto, que los productos de Kaspersky son un arma tecnológica rusa», apunta Pavel. A este respecto, cabe recordar que la empresa ha sido relacionada en el pasado con actividad maliciosa en la red, especialmente desde Estados Unidos. En 2017 el expresidente del país nortamericano, Donald Trump, la acusó de mantener relaciones con espías del Kremlin. Trump llegó a promulgar una ley que prohibía el uso de las soluciones de la empresa a todas las agencias federales del país.
ABC se ha puesto en contacto con Kaspersky para consultar su postura respecto a estas solicitudes de boicot . «Kaspersky es una empresa privada internacional cuyo holding está domiciliado en el Reino Unido y no tiene vínculos inapropiados con ningún gobierno. Alrededor del 80% de sus operaciones son internacionales». También han explicado que, como proveedor de servicios de tecnología y ciberseguridad, la empresa no está en condiciones de comentar acontecimientos geopolíticos fuera de su ámbito de competencia. «Las operaciones comerciales de Kaspersky se mantienen estables. La compañía garantiza el cumplimiento de sus obligaciones con los clientes y socios, incluyendo la entrega y soporte de productos y la continuidad de las transacciones financieras», han añadido.
Putin, un «loco invasor»
Entre los manifestantes también se encuentra Catalina, ciudadana residente en Cataluña desde hace más de dos décadas y casada con un ucraniano. En conversación con este periódico explica que están «en choque por todo lo que está pasando» y hace hincapié en la importancia de que «se visualice la invasión en el Mobile World Congress, que es tan internacional»: «Aquí tambien tiene que haber una presencia nuestra. Rusia está invadiendo Europa brutalmente, porque Ucrania es Europa ».
Catalina se muestra muy preocupada por la parte de su familia que todavía se encuentra en el país. Habla de Putin refiriéndose a él como «loco invasor» . Cuando nos referimos al escudo tachado de Kaspersky, Catalina remarca la importancia, como Pavel, de que las grandes empresas hagan boicot a las firmas rusas: «Tenemos que cortar con Rusia totalmente. Hacen falta acciones contundentes y definitivas. Hay que luchar económicante de esta forma. No debemos utilizar tecnología rusa ni tampoco proporcionarla».
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