Desde Inés Arrimadas a Begoña Villacís: ¿Por qué la caída de Whatsapp supuso un alivio?

La caída de la red de mensajería de Facebook ha generado diferentes reacciones y sensaciones tras comprobarse que seis horas sin él puede dar lugar a muchas actividades que con la red social funcionando no se practican

J. G. Stegmann

Para escribir esta información hizo falta el Whatsapp . Ayer, con la caída de la red de mensajería más usada del planeta , no hubiera sido posible, como tantas otras cosas. Parece que el mundo se detuvo. Pero lo que pudo haber generado una histeria colectiva derivó en una especie de alivio por no tener que escuchar el tintineo de los mensajes o la mera consulta del teléfono para ver si hay una nueva notificación incluso cuando este no suena.

«¿Cuánta gente dedica su tiempo a las cosas que le gusta hacer? La caída de las redes permitió poder hacer todo eso que nos gusta», reflexiona el psicólogo sanitario José Elias Fernández . Pero, ¿por qué se tiene que caer Whatsapp y Zuckerberg perder miles de millones para hacer lo que nos gusta? ¿en qué sociedad estamos? ¿no suena preocupante? «En una sociedad dependiente», resume sin aspavientos el psicólogo.

La líder de Cs, Inés Arrimadas, fue una de las que manifestó claramente (a través de Twitter...) las posibilidades que le dio la caída de las redes. «Bañar al niño, darle de cenar, ponerle a dormir, cenar yo y al terminar no tener una lluvia de WhatsApps pendientes de leer. Una sensación nueva y maravillosa», publicó la presidenta del partido naranja y recibió una lluvia de 'likes', entre ellos el de la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís , que además le respondió: «Me representa».

Fernández aclara que la dependencia no se traduce en adicción. «Hay cierta dependencia porque la comunicación actualmente se produce a través de las redes; pero otra cosa es la forma en que desarrollamos esa dependencia. Si se convierten las redes en algo que quiero en cualquier momento y de forma imperiosa sí va a hacer un problema, en cambio, si aunque dependa no lo puedo usar y me resulta un alivio porque tengo tiempo para mí, es otra cosa». La pregunta que hay que hacerse, según el experto es dónde está la afición y dónde la adicción. « Para aquellas personas que no tienen una necesidad imperiosa de usar las redes ha sido un alivio , pero para el que espera una noticia o es adicto, ha sido un sufrimiento».

En la dependencia coincide Miguel Hierro , psicólogo y profesor de la Universidad Autónoma de Madrid: «Hay una cosa evidente y es que nuestra sociedad, la occidental y la metropolitana, gira constantemente alrededor de las redes y hay una dependencia de ellas». Sin embargo, aclara que «en el fondo, depende de los hábitos de cada persona; hay algunas que se apoyan mucho en el Whatsapp y otras que no».

Lejos de un alivio, para otros su caída puede provocar ansiedad : «Hay muchos estudios que apuntan a que el uso habitual y un poco desmedido de las redes sociales en general, y de los teléfonos móviles en particular puede generar picos de ansiedad porque estás pendiente de que te contesten o los echas menos cuando no tienes acceso o cuando estás comprobando el móvil cuando n otienes nada que comrpobar», analiza Hierro.

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