«Mi hijo hablará cuando todos sus compañeros estén de vuelta»

Encarnación Bueno, la madre del único superviviente de los espeleólogos perdidos en Marruecos, Juan Bolívar, está tranquila. Su hijo ya está en casa, después de llegar al aeródromo de Cuatro Vientos en Madrid, y continuar viaje a Granada, en coche, donde llegó pasadas las 10 de la noche.

Asegura que se encuentra tranquilo, y que «solamente hablará cuando todos sus compañeros estén en España y hayan repatriado los cuerpos de los fallecidos». También se muestra firma en su convicción, de que a pesar «de lo mucho que ha sufrido y la tristeza que tiene por el trágico final de sus amigos de expedición, se recuperará pronto, con nuestro apoyo y el de la gente que lo quiere».

De momento, no se pronunciará sobre lo ocurrido en Uarzazate, donde perdieron la vida un abogado de Cádiz y otro Policía Nacional, también natural de Granada, y destinado en Almería.

«Está bien, físicamente, pero necesita tiempo para descansar. Nosotros le ayudamos en todo», asegura la madre de Juan Bolívar, que además reconoce que ella tampoco le ha preguntado nada, «prefiero que sea él el que cuente las cosas cuando quiera».

Juan Bolívar es agente de la escala básica de la Policía, y lleva tres años destinado en Madrid, aunque es originario de Granada. Los restos de los fallecidos en el accidente ocurrido en el cañón de Wandrass, José Antonio Martínez y Gustavo Virués, fueron trasladados a Marraquech para practicarles la autopsia.