TURISMO

El turista de golf de Andalucía gasta el triple que uno convencional

La patronal de campos de golf celebra este jueves un encuentro en Sevilla para hablar de los retos futuros del sector

Imagen del Open de España que se jugó en 2012 en el Real Club de Golf ABC

ELENA MARTOS

El golf atrae cada año a Andalucía a más de 450.000 aficionados de todo el mundo. La tarta se la reparten entre la Costa del Sol y la Costa de la Luz, aunque cada vez haya más turistas que opten por quedarse en el interior. Para Sevilla «es un magnífico complemento», considera Claudia Hernández , consejera delegada del Real Club de Golf y presidenta de la Asociación Española de Campos (AECG) . Cada año registran unas 40.000 salidas de jugadores en sus instalaciones, en las que muchos repiten y la previsión es seguir sumando.

«Es un sector que no deja de crecer», admite a ABC y así lo expondrá en la jornada prevista el próximo jueves en la Fundación Cajasol para hablar sobre retos de futuro. El colectivo que preside se encuentra en plena expansión y quiere captar nuevos socios para « crear una organización fuerte que se siente a dialogar con las administraciones y defienda los intereses de los empresarios del golf», que hasta hace apenas dos años no tenían ninguna representación específica.

«Es increíble que haya sido así durante tanto tiempo», reconoce Hernández, en vista del generoso volumen de negocio que mueve. Lo cuantifica en unos 2.000 millones en toda España y alrededor de 500 en Andalucía . La asociación trabaja en un exhaustivo estudio sobre la afluencia y el impacto económico en cada una de las provincias y hasta que conozca las conclusiones se muestra prudente a la hora de hacer estimaciones para Sevilla. Sin embargo, asegura que «el turista de golf llega a gastar el triple que uno convencional, porque solo el derecho a jugar en los campos, cuando son de determinado nivel, es caro y los servicios que lleva asociados». La presidenta del colectivo empresarial destaca que « en ningún caso suele bajar de los 200 euros al día ».

En lo que toca a Sevilla, destaca que «no tiene el número suficiente de campos para poder vender el golf como un único producto» y hasta ahora funciona como complemento . «Pero la ciudad es lo suficientemente potente como para alarga la estancia del que nos visita. El aficionado juega solo una vez en cada campo, pero luego se queda para disfrutar del patrimonio, su gastronomía y todo lo que ofrece», señala.

Claudia Hernández alude también al valor añadido que genera este negocio, desde la conservación de instalaciones de primer nivel a un catálogo de empleos de alta cualificación. «Esa ha sido la mayor evolución en este sector», reconoce.

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