«Al comedor llegan cada vez más sevillanos con trabajos temporales»
Tras seis años en el Pumarejo, la religiosa empieza una nueva etapa en el Hogar Miguel de Mañara
Sor Isabel, la superiora titular del comedor social que las Hermanas de la Caridad gestionan junto a la plaza del Pumarejo, advierte de que «cada vez más acuden al comedor sevillanos con trabajos temporales». En septiembre, esta «hermana sirviente», como a ella le gusta que se le llame, comenzará una nueva etapa en el centro de acogida Miguel de Mañara tras seis años en el Pumarejo.
-¿Se nota aún la crisis?
Por supuesto. El número de personas sin recursos y en grave riesgo de exclusión que acuden a nuestro comedor se ha multiplicado en los últimos años, hasta el punto de que en agosto de 2016 atendimos a 386 personas al día, cuando la media diaria durante todo el año es de unas 300 personas. Hoy -por ayer -acudieron al comedor social un total de 289 personas.
¿Cuál es el perfil del usuario del comedor?
El 75 por ciento son hombres de todas las condiciones sociales y un 25% son mujeres.
¿De todas las nacionalidades?
Vienen, sobre todo, sudamericanos y magrebíes. Aunque también hay muchos sevillanos que no tienen para comer con la paga no contributiva o las ayudas sociales que reciben después de estar trabajando en empleos temporales. Hay padres de familia que vienen a por un pantalón oscuro y una camisa blanca porque le han llamado para trabajar en feria o Semana Santa.
¿Hay mucha pobreza en Sevilla?
Hay mucha hambre. Pero no sólo de comida. Las personas tienen hambre de cariño, de que les escuchen, de una palabra amable.
¿La Administración ayuda?
Las ayudas son insuficientes. Se destina mucho dinero a cursillos en habilidades sociales que no sirven para nada. Las personas necesitan una educación y una formación para labrarse un futuro trabajando.
¿Qué ha aprendido de su etapa como superiora del comedor?
El comedor es la universidad de la vida. Para mí es muy gratificante que me recuerden como «mami».
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