Se llama 'la peyronie' y es una patología que puede aparecer entre los 20 y los 80 años, aunque la media es a los 50. De hecho, y aunque ellos lo desconocen, uno de cada diez varones mayores de 40 la padecen.
La llamada ‘curvatura del pene’, subestimada por muchos de quienes la tienen, es una fibroesclerosis del pene que normalmente se debe a la rotura de los vasos sanguíneos de los cuerpos cavernosos (tejido erectil situado en la parte superior del miembro masculino ) que suceden durante la relación sexual. Aunque otros factores pueden ser: la existencia de infecciones, la predisposición genética, los problemas vasculares, la ingestión de determinados fármacos, diabetes o hipertensión.
Esas roturas originan una cicatriz o placa fibrosa que provoca la pérdida de elasticidad de la zona. Esto hace que el pene «no se actúe como un cuerpo elongable y elástico cuando se llenan de flujo sanguíneo los cuerpos cavernosos durante la erección y por lo tanto el pene se arquea hacia esa dirección (la de la cicatriz)», explica el doctor Mariano Rosselló, director del Instituto de Medicina Sexual (IMS).
Síntomas
Sus principales síntomas son dolor durante la erección, pérdida de rigidez, curvatura progresiva, placa o nódulo fibroso en el pene o acortamiento del mismo, lo que dificulta bastante la práctica de relaciones sexuales. Esto «ocasiona problemas psicológicos como ansiedad o falta de autoestima, y otros que afectan a la pareja como la insatisfacción, la falta de deseo o incluso el dolor coital en casos en los que la vagina debe acomodar un pene con un grado de curvatura muy pronunciado», advierte el doctor Roselló.
Por ello el citado experto destaca el papel clave de la pareja en la rehabilitación psicológica de estos pacientes.
Pero, ¿por qué hay tan pocos afectados que se traten? El principal obstáculo es que muchos hombres no reconocen que tienen esta patología. De hecho, según una investigación reciente publicada en ‘The Journal Sexual Medicine’ analizó la percepción que tenían casi 200 hombres y comprobó que más del doble subestimaban la curvatura de su pene, con una clara diferencia con lo que observaron los médicos.
«A día de hoy todavía existen muchos prejuicios dentro del campo de la medicina sexual y muchos hombres no consultan sus problemas por vergüenza o por desconocimiento de que lo que tienen es una enfermedad que se puede tratar», asegura el director del IMS.
En qué consiste el tratamiento
El tratamiento farmacológico consiste en la administración de testosterona, estrógenos, vitamina E o corticoides, pero existe controversia acerca de la eficacia de estos tratamientos. Por ello es mejor pillar la enfermedad a tiempo, ya que en su fase inicial se recomienda el uso de técnicas como la iontoforesis —se trata de la aplicación de un fármaco por vía tópica mediante unas microcorrientes de baja intensidad que consiguen una mejor penetración del principio activo bajo la piel—. Este tratamiento demuestra efectividad si es aplicado en los primeros 12 meses desde la aparición de la enfermedad.
La terapia de tracción del pene es también «efectiva» en fase aguda de la enfermedad de 'peyronie' en términos de «reducción del dolor, disminución de la curvatura y mejora de la función sexual», al menos según ha señalado una investigación llevada a cabo por la Universidad Autónoma de Madrid.
Cirugías
En cuanto a la cirugía, existen tres tipos. Por un lado, «el enderazamiento del pene sin exéresis o extirpación de la placa de fibrosis. Por otro, la exéresis (ablación quirúrgica) del tejido fibrótico y enderezamiento y, por último, la exéresis de la fibrosis intracavernosa e implante de pene, para casos en los que la curvatura ha afectado la capacidad de obtener una erección», subraya el doctor Rosselló.
