El organismo humano tiene una temperatura constante que oscila entre los 36 y los 37º C grados centígrados. Pero cuando aumenta y rebasa los 41º C se produce una hipertermia, pues se superan los mecanismos de regulación térmica del ser humano, causa de lo que se conoce como “golpe de calor”.
El golpe de calor puede llevar una situación de shock en la que podría suceder un fallo multiorgánico del riñón, corazón, cerebro, más aun cuando se trata de una persona mayor, obesa o con enfermedades crónicas. “Cuando la temperatura externa es elevada, y aún más si la humedad del ambiente es alta o si se está realizando algún ejercicio o actividad física, se pueden sufrir agresiones térmicas que podrían derivar en situaciones de alto riesgo para la vida”, explica el doctor López Trigo, presidente de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG).
Para evitarlos, la SEGG recomienda:
-Hidratarse aunque la sensación de sed no exista. En las personas mayores, esta sensación es menor, lo que aumenta el riesgo de la deshidratación. La falta de sed es engañosa, por lo que se debe consumir agua, infusiones, zumos de frutas aunque no haya sed.
-Evitar el consumo de bebidas alcohólicas.
-Detectar los primeros síntomas de la hipertermia: dolor de cabeza, sensación de boca seca y pastosa, náuseas, vómitos, mareos, escalofríos, piel seca y enrojecida, calambres musculares en brazos, piernas o vientre, desorientación, pérdida de conciencia o confusión y no sudoración ante las temperaturas altas.
-Estar alerta ante el posible descenso de tensión arterial: sensación de debilidad e incluso calambres musculares. Se hace grave cuando se pierde la capacidad de sudoración y la piel presenta un aspecto seco y enrojecido, la temperatura corporal asciende progresivamente hasta cifras que superan los 40º C. Esta situación conduce a la hipertermia.
-Realizar comidas ligeras, para evitar las digestiones pesadas.
-Evitar la exposición al sol cuando las temperaturas son elevadas, sobre todo las horas de mayor intensidad (entre las 12 y las 16 horas) y con una humedad relativa alta (mayor del 60 por ciento).
-No realizar ejercicio ni deportes que aumenten el esfuerzo y la sudoración en momentos de calor.
-Mantener la casa fresca y ventilada.
-No permanecer en vehículos estacionados o cerrados.
-Evitar llevar ropa ajustada y elegir tejidos ligeros, como el algodón y de colores claros.
-Usar sombreros o gorras que protejan nuestra cabeza del sol.
-“En caso de producirse un golpe de calor, llamar a los servicios de urgencias, y, mientras se espera, hacer lo mismo que con una persona con fiebre alta: intentar bajar la temperatura con paños de agua fresca en la frente, en la nuca o en los pulsos”, alerta el doctor López Trigo.
