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EL PACIENTE: ISIDRE ESTEVE

«Al principio lo pasé fatal, pero ahora digo que con esto, al fin del mundo»

Seis años después de quedar parapléjico por una caída en Almería, el motorista presenta su segundo libro: ‘Imparable’. Como él mismo

08.05.13 - 07:19 -
«Al principio lo pasé fatal, pero ahora digo que con esto, al fin del mundo»
Isidre Esteve. motorista de rallys español.

Quizás su destino estaba encaminado hacia el mundo de la hostelería, en Cal Petit concretamente, un hotel-restaurante con una deliciosa comida casera catalana y mediterránea que acumula ya 30 años de historia. Es la empresa familiar de los Esteve. De lo que viven desde hace tres décadas, con mucho trabajo y sacrificio, todos los miembros de esta humilde familia de Lérida.

Pero Isidre Esteve era, y es, según sus propias palabras, «una persona muy inquieta». Siempre le apasionó el deporte y el mundo de las motos y los rallys. Con 18 años participó en su primera competición (en su pueblo). Poco después, ganó una prueba del Campeonato de España de Enduro. Y tras ese triunfo empezaron 17 años de profesional subido a una moto, hasta el 24 de marzo de 2007, cuando una piedra se le cruzó en el camino: «Era la primera prueba del Campeonato de España de Rallys Todo Terreno. Se disputaba en la Baja Almanzora, en Almería.

En la segunda parte de la carrera, a falta de treinta kilómetros para el final, la fatalidad vino a mí sin llamar a la puerta y sin libro de instrucciones. Me crucé con una piedra que no vi y en la caída me rompí las vértebras T7 y T8».Con sólo 35 años la vida había ‘condenado’ a Isidre a vivir el resto de ella en una silla de ruedas. Tocaba comenzar de nuevo.

Una nueva filosofía

«Ahora ya no le doy más vueltas. Naturalmente, al principio sí, los primeros meses lo pasé fatal. No aceptaba la situación. Pero a día de hoy digo que con esto al fin del mundo».

Pese a la circunstancias, Esteve no era una persona que se fuera a rendir fácilmente. Quizás el deporte, uno de los dos amores de su vida junto a su pareja Lidia, tuviera la culpa: «El deporte me ha enseñado todo. Es una filosofía de vida, de comprometerte, de esforzarte por algo. Es el pilar de mi existencia. Lidia también viene de este mundo; compartimos un proyecto de vida donde el deporte es fundamental. Eso es maravilloso».

Dos años después del desgraciado accidente, en 2009, Isidre cumplió un sueño: volver a competir. Y a lo grande, en el Dakar. «José Villalba, un buen amigo,me ofreció ir a la edición de 2009 con un coche adaptado.Nome podía creer, tras sufrir tan grave lesión, que en tan poco tiempo pudiera tener la oportunidad de correr en el Dakar otra vez. Me hizo mucha ilusión ».

Pero aquel cuento tuvo un final amargo. Su vuelta a la competición le provocó úlceras de presión en el hueso isquion. La lesión medular se quedó en un detalle al lado de aquella pesadilla: «Como no tengo sensibilidad en esa haciendo daño. Por suerte no seme infectó la zona, pero el problema es que, tras dos implantes, no se regeneraba el tejido. Afortunadamente, tras año y medio, se solucionó con un tratamiento innovador: factores de crecimiento. Pero nunca olvidaré el aislamiento social que soporté durante el periodo de convalecencia. Pasé año y medio sin salir de casa. Celebré dos cumpleaños, uno en la cama y otro en el sofá. Fue durísimo».

Su fundación

Tras aquello, Esteve se metió de lleno en otro gran reto, su Fundación, que a día de hoy tiene varios proyectos entre manos, entre los que destaca uno: «Para evitar que suceda lo que me pasó a mí con las úlceras de presión, estamos trabajando en el cojín inteligente. Un cojín que está todo el rato en movimiento para que no haya una presión continua en ningún sitio», explica.

Ese movimiento lo que hace es favorecer el riego sanguíneo del tejido, la circulación: «Es un prototipo que yo ya he utilizado para competición y ha ido bien. Y ahora, sin ningún ánimo de lucro, queremos comercializarlo. Este cojín ayudará a las personas con discapacidad a pasar una jornada laboral sentados en su medio de vida, que es la silla de ruedas, sin preocuparse de que puedan padecer una úlcera de presión.», afirma.

Así es la nueva forma de vida de Isidre, la de ayudar a los demás. Esa que llevaba dentro y salió con fuerza tras aquella tragedia en Almería: «Tras el accidente sí que me he vuelto una persona más solidaria y más tolerante. Cuando te sucede algo así te das cuenta que la vida es un regalo que tenemos, que estamos aquí de paso, que hay que disfrutarla al máximo y ayudar. Tenemos que estar contentos con todo lo que hacemos».

La vida de Isidre Esteve no terminó el 24 de marzo de 2007 en Almería. Simplemente, cambió. Ahora, es imparable.

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