Cuando la aorta abdominal se dilata más de tres centímetros se considera patológica y se hace necesario vigilarla. Si la dilatación supera los cinco centímetros requiere cirugía para evitar la ruptura del aneurisma, que puede tener un desenlace fatal para el paciente. Para prevenir la muerte de las personas que padecen este trastorno, los investigadores del Hospital Clínico Universitario de Valladolid, de la Escuela de Ingenierías Industriales de la Universidad de Valladolid y del centro tecnológico Cartif, ubicado en el Parque Tecnológico de Boecillo, han desarrollarlo un software que ayuda a predecir la ruptura del aneurisma de aorta abdominal.

“Hemos intentado conseguir un sistema computarizado que utilice herramientas estándar, las que manejamos habitualmente en el hospital como es el Angio-TAC (un método de imagen que permite el estudio detallado de los grandes vasos sanguíneos) y que nos puede servir para predecir la ruptura del aneurisma de aorta abdominal”, explica el jefe del Servicio de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Clínico, Carlos Vaquero, en declaraciones para DiCYT.

Basado en un algoritmo que procesa toda la información disponible del paciente, el programa interrelaciona los factores biomecánicos de diferentes naturalezas (biológicos, estructurales y geométrico) y las escalas (temporal y dimensional). Con estos datos, calcula un indicador numérico y personalizado del riesgo de ruptura.

Una opción para reducir costes

En pocas palabras, el software permite que el especialista pueda predecir si el aneurisma puede llegar a romperse, a partir de los resultados del seguimiento, obtenidos mediante Angio-TAC, como la longitud del aneurisma, el grosor, la carga o la presión que soporta la pared del vaso sanguíneo. “Todos los datos cuantificables nos permiten realizar reproducciones virtuales de los aneurismas y sobre todo detectar aquellos lugares que tienen más riesgo de ruptura”, señala Vaquero. “El sistema los manifiesta en una escala de colores. Los intensos indican dónde existe más riesgo”.

El programa se encuentra a la espera de la patente para su comercialización y se espera “disminuir el coste de las inspecciones periódicas y evitar realizar exploraciones que a veces son innecesarias”, concluye Vaquero.