Seguidores de los Patriots celebran la Super Bowl en un bar
Seguidores de los Patriots celebran la Super Bowl en un bar - AFP

Los datos de récord de la Super Bowl: de los cinco millones por anuncio a los 111 millones de audiencia

Los espectadores de la final se han duplicado desde los años 70. Por treinta segundos de publicidad se llega a pagar cinco millones de dólares

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Para los anunciantes estadounidenses, la Super Bowl es el equivalente a nuestras Campanadas de Nochevieja, la ocasión en que familias de todo el país se reúnen para ver un mismo programa en televisión. La final de la Liga de Fútbol Americano (NFL) tiene la ventaja de que el espectáculo dura varias horas. Nielsen estima que 111,3 millones de estadounidenses vieron la última edición en la cadena Fox. Los datos son casi idénticos a los que logró la CBS el año pasado, 111,9 millones. El récord sigue en poder de los Patriots, los últimos triunfadores. Su victoria de 2015, menos emocionante que la de la noche del domingo, fue vista por 114,4 millones de espectadores.

Pese a estas cifras, la tendencia general es inequívocamente alcista. En los años setenta la audiencia de la final no llegaba a los 60 millones. En los ochenta superó los 80 millones. En los noventa fue de 85 millones. En la primera década del siglo XXI sobrepasó los 90 millones y desde 2010 la cifra se ha disparado hasta superar los 110 millones. Y eso que Nielsen, como en España Kantar Media, no mide las audiencias en los bares y establecimientos públicos, en un acontecimiento que se presta especialmente a su disfrute en manada.

Gran parte de esta publicidad se diseña durante todo el año para su estreno en la Super Bowl. Son películas llenas de ingenio y creatividad

El impulso de los últimos años ha sido espectacular y el precio de los anuncios va en consonancia. Cada pieza de 30 segundos cuesta cinco millones de dólares (4,6 millones de euros), 200.000 más que en 2016. Gran parte de esta publicidad se diseña durante todo el año para su estreno en la Super Bowl. Son películas llenas de ingenio y creatividad, en ocasiones, que luego se convierten en virales en las redes sociales, con lo que se apuntala su rentabilidad.

Algunas marcas van más allá y se adentran en el territorio de lo prohibido. La etiqueda de «censurado en la Super Bowl» asegura una buena vida en internet. Este año, varias de las empresas anunciantes parecen haberse conjurado para lanzar mensajes críticos con Donald Trump. 84 Lumber, compañía que suministra materiales de construcción, tuvo que eliminar una escena en la que mostraba el muro que el presidente quiere construir en la frontera con México. Al final fue sustituido por un alambre de espino, aunque la pieza original puede verse en la página web de la empresa.

Budweiser narra las dicicultades de los inmigrantes. Coca-Cola recupera uno de sus festivales multirraciales. Airbnb hace otro canto a la diversidad racial. Una marca cosmética, It’s a 10, alude incluso a la mata pelirroja de Trump: «América, nos esperan al menos cuatro años de pelo horrible».

Ver los comentarios