Durante un festival de flores, una anciana en silla de ruedas se acerca a Poirot, le da una bolsa de semillas vacía y le pide que la visite al día siguiente. Al llegar, el detective descubre el cadáver de la mujer, que ha sido envenenada.
Hércules Poirot tiene la misión de transportar un millón de dólares en bonos a Estados Unidos a bordo del Queen Mary. Pero alguien le roba el dinero de una forma muy ingeniosa.
Un empresario minero contrata a Poirot para resolver el brutal asesinato de su hija y el robo de sus joyas a bordo del expreso de Plymouth.
Poirot se da cuenta de que se está tramando un asesinato y, con la ayuda de la última afición de Hastings, tratará de evitarlo.
Poirot se involucra en la investigación del fallecimiento de un hombre encontrado en unos terrenos de su propiedad, aparentemente asustado hasta la muerte por unos espíritus que lo acechaban.
Poirot colabora con el inspector jefe Japp para encontrar a un ladrón de joyas, pero se desvía del caso cuando una encatadora condesa rusa entra en escena.
A Poirot le encomiendan proteger a una mujer de su violento marido, pero los acontecimientos cambian cuando el esposo se convierte en la víctima de una horrible asesinato.
A regañadientes, Poirot accede a ayudar a un príncipe egipcio a recuperar un valioso rubí imperial que le fue robado durante las vacaciones de Navidad.
Poirot y Hastings asisten al baile de la victoria. Durante la popular fiesta de disfraces, uno de los invitados aparece asesinado a puñaladas, y otro fallece por una sobredosis al día siguiente.
Poirot enferma durante un fin de semana de caza, que termina con el impopular anfitrión asesinado en su estudio.