Soldados de plomo

Andrés vuelve a su ciudad natal después de una larga ausencia. El motivo de su regreso es hacerse cargo de una antigua herencia que le dejó su padre: un caserón semirruinoso que está a punto de ser declarado monumento histórico. Pero sus deseos de liquidar pronto el asunto se ven rotos por la intromisión de su hermanastro Ramón en la compra de la casa. Las relaciones de Andrés con su familia, y con el viejo abogado don Dimas y su hija Blanquita, se complican.

Después de una extensa carrera como actor, José Sacristán se puso tras las cámaras para debutar como director con "Soldados de plomo". Adaptación de una historia del escritor barcelonés Eduardo Mendoza, el film plantea una historia de desagravios familiares, en la que el pasado y los intereses de cada uno se van mostrando paulatinamente. Para realizar la primera de sus tres únicas películas como director, Sacristán se guardó para sí el papel protagonista y se arropó de un grupo de solventes actores secundarios, entre los que destacan Fernando Fernán Gómez, Silvia Munt, Amparo Rivelles o Fernando Vivanco.