La intérprete

Silvia Broome es una intérprete de la ONU que intercepta una conversación telefónica en un raro idioma que solo ella y pocas personas más conocen. En la charla se pacta el asesinato de un líder africano. Empezará entonces una carrera contra el reloj para evitar el crimen con la ayuda de un agente federal.

El oscarizado director Sydney Pollack ("La tapadera") vuelve al cine de suspense a la antigua usanza tras el paréntesis que supusieron los dramas románticos "Caprichos del destino" y "Sabrina (y sus amores)". Unos grandes Nicole Kidman ("Las horas") y Sean Penn ("Yo soy Sam") dan vida a la intérprete que da título al filme y al agente que se hace cargo del caso, respectivamente.

Ninguna película se había rodado antes en la sede real de las Naciones Unidas, cosa que implicó no pocos problemas al equipo de rodaje. El propio Pollack tuvo que entrevistarse con el mismísimo Kofi Annan para conseguir los permisos pertinentes. Además, para no interrumpir el trabajo en la organización, la filmación se tuvo que llevar a cabo únicamente durante los fines de semana, obligando a montar el set de rodaje cada viernes por la noche y desmontarlo cada domingo durante cinco meses.