Corazones rotos

Franz Roberti es un famoso director de orquesta que mantiene relaciones con varias mujeres a la vez. Un día, mientras habla con su viejo profesor de música, el señor Thalma, conoce a Constante, una joven aspirante a compositora. Ambos se enamoran rápidamente y la cosa termina en boda. Su luna de miel, a través de Europa, no puede ser más feliz, pero al regresar a los Estados Unidos, Constante sorprende a su marido con una divorciada de la alta sociedad y responde abandonándolo inmediatamente.

La séptima película de la carrera de Katharine Hepburn fue este melodrama romántico que la emparejó con otra gran estrella de la época: Charles Boyer ("Luz que agoniza"). La pareja fue dirigida por Philip Moeller, un cineasta que había inaugurado su carrera el año anterior y que la clausuró con este filme, apenas el segundo que dirigía.