Cara de acelga

Antonio, apodado “Cara de acelga”, viaja ligero de equipaje y sin rumbo fijo. En una carretera cualquiera espera que alguien le lleve a alguna parte. Su único norte, a modo de pasodoble, es un pasado de hambre en el Gran Teatro-Circo Castañeda, del que formó parte hace un montón de años. En su deambular, Cara de acelga cree encontrar a su viejo amigo Elías, “El Bolchevique”, con el que le une la mitad de un viejo mechero de gasolina, y que espera completar a la vuelta de cada esquina. Cara de acelga, sin embargo, tropezará con todo tipo de personajes: lunáticos, vividores, soñadores, perdedores... seres humanos al fin y al cabo, a los que se suele siempre mirar por encima del hombro.

Una especie de 'road-movie' progre y tierna, que fue la segunda película que dirigió José Sacristán. La cinta ganó el premio Goya a la mejor Dirección de producción y fue nominada en el apartado de mejor actriz secundaria, en la persona de Marisa Paredes.